Como un eterno retorno a los `90, los famosos vuelven a asomarse a la política nacional.
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SUSCRIBITEComo un eterno retorno a los `90, los famosos vuelven a asomarse a la política nacional.
El peronismo lo hizo a finales del siglo pasado con una lista importante entre los que llegaron a ocupar lugares de poder realmente trascendentes podemos citar a Palito Ortega, Carlos Reutemann, o Daniel Scioli.
En estos tiempos, quién más acude al conocimiento previo de las personas para reconvertirlas en candidatas es Juntos por el Cambio. El “Colorado” Mac Allister, la “Coneja” Baldassi, Carolina Losada, Martín Tetaz, el mismo Nicolás Dujovne, que de tomar wiski con Carlos Pagni en La Nación Más pasó a suscribir un empréstito impagable, a cuenta de los argentinos, de 45.000 millones de dólares.
En la primera década de este siglo también el kirchnerismo recurrió a algunos casos de famosos para ocupar cargos electivos: el humorista Larry de Clay fue concejal de Escobar y candidato a intendente; la cantante y actriz Nacha Guevara fue diputada nacional; y la pionera del boxeo femenino Marcela "Tigresa" Acuña fue concejal por el partido de Tres de Febrero.
El mismo Mauricio Macri podría considerarse como un personaje que llega a la política por su conocimiento popular tras su paso por Boca Juniors. Esto lo catapultó a la Jefatura de Gobierno Porteño. El resto es historia conocida.
Pero si se hila más fino, los perfiles son diferentes.
No es lo mismo Mauricio Macri, que más allá de odios o amores, es un hombre de empresa y acostumbrado a surfear los temporales del poder, que las candidatas de ese extraño sello electoral que es el partido Unite. Nos referimos a las ex vedettes mediáticas Cintia Fernández y Amalia Granata, esta última diputada provincial electa en la Provincia de Santa Fe.
El caso de un perfil poco recomendable para la función pública es el del último famoso candidato, o probable candidato, que se conoció: el humorista conocido como el “Negro” Álvarez.
Carlos Alberto Álvarez tuvo su cuarto de hora a finales del siglo XX y principios del XXI, sostenido en un humor de corte popular, despilfarrando clichés del ingenio cordobés, mentado por nadie y por todos como el más gracioso y agudo de la Argentina.
En caso de aceptar, el cómico iría en la boleta de La libertad Avanza, el partido de Javier Milei, que en Córdoba está aliado con el Partido Demócrata, del que Álvarez asegura ser simpatizante.
Entrevistado en radios porteñas sobre la chance de que sea candidato, Álvarez se manifestó cauto y temeroso. ¿Qué lo hace dudar? ¿Su falta de experiencia? ¿Su nula preparación en las cuitas propias de la administración del Estado? ¿Su desconocimiento de los resortes que mueven los trámites parlamentarios? ¿el peso de una responsabilidad para la que no está preparado? No. "Tengo ganas de meterme en política, pero me da miedo. Estamos en un país agresivo", apuntó.
Él está listo, el problema son los otros.
Si da el sí, Álvarez acompañará a Roberto Eiben, candidato a gobernador por los libertarios. Eiben es un abogado cordobés, líder del Partido Demócrata.
Entre las definiciones políticas que dejó en la nota, Álvarez recordó que "yo lo voté a Schiaretti. También lo voté a Macri y de este voto me arrepentí".
Sobre su nuevo jefe político, sólo señaló que "Milei dice lo que piensa, por algo está midiendo lo que está midiendo. Los jóvenes están a muerte en Milei".
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