“Proceda”, fue la orden del por aquel entonces presidente Néstor Kirchner. El jefe del Ejército, Roberto Bendini, subió dos escalones de una escalera y obedeció. Descolgó las fotos enmarcadas con dorado de los genocidas Jorge Rafael Videla y Reynaldo Benito Bignone. Ese 24 de marzo de 2004, el primer Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia como presidente, Néstor abrazó la bandera de los Derechos Humanos, en especial en lo referido a los crímenes de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura y el sanjuanino Ruperto Godoy fue testigo de ese momento que marcó “un antes y un después”
“Fue un hecho muy fuerte, te diría un antes y un después por la influencia que había tenido el sector y el partido militar en la Argentina. Veníamos del indulto de los tiempos de Menem, veníamos sin poner en discusión ni en debate lo sucedido, el tema de la violación de los derechos humanos. Por eso lo de Néstor de bajar los cuadros de quienes habían sido los responsables del genocidio en la Argentina fue una cuestión muy fuerte”, comenzó relatando el por aquel entonces senador por San Juan.
El entonces presidente decidió durante el acto del 24 de marzo enviar un mensaje político contundente. Días antes se había filtrado su intención de descolgar los cuadros de la galería de directores del Colegio Militar. Ambos generales habían estado al frente de esa institución y fueron presidentes de facto. Al menos tres generales que debían estar presentes en el acto habían alegado distintas enfermedades para ausentarse. Fue una muestra del malestar que generaba en las fuerzas una medida de este tipo.
“Los que habíamos tenido una militancia en los ‘70 nos vimos reconocidos, nos vimos valorados porque en el tiempo de los ‘90 nadie había reconocido, hubo un silencio absoluto. Pero no solo por esto, sino porque puso en marcha la posibilidad de que los sueños que habíamos tenido de una Argentina distinta, de una Argentina que pudiera desarrollarse, que pudiera crecer”, expresó Ruperto.
“Señores integrantes del Colegio Militar de la Nación y de las Fuerzas Armadas, señores generales y oficiales superiores: nunca más, nunca más tiene que volver a subvertirse el orden institucional en la Argentina. Es el pueblo argentino por el voto y la decisión del mismo, quien decide el destino de la Argentina; definitivamente terminar con las mentes iluminadas y los salvadores mesiánicos que sólo traen dolor y sangre a los argentinos”, dijo Kirchner en su discurso.
El Gobierno ya había anunciado su apoyo a una iniciativa parlamentaria, encabezada por la diputada de izquierda Patricia Walsh -hija del célebre periodista desaparecido-, para anular las leyes de Punto Final y de Obediencia Debida, que el 21 de agosto de 2003 puso fin a las leyes de impunidad y posibilitó la reapertura de los juicios por delitos de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura cívico militar. Junto con la declaración de inconstitucionalidad de los indultos, estas medidas permitirían luego el avance en la Justicia de cientos de causas por delitos de lesa humanidad.
“Yo voté para derogar las leyes de Obediencia y Punto final y ese día fue la primera que hablé en la Cámara de Diputados. Esto abrió nuevamente la posibilidad de avanzar en la Memoria, la Justicia y la Verdad, porque hasta ese momento los genocidas se paseaban por la calle y se podían encontrar perfectamente con algún detenido.
Ahí donde torturaron, Néstor pidió perdón
Ese mismo día, Néstor formalizó la creación de un Museo de la Memoria en la ESMA, el principal centro de detención ilegal de la dictadura, y en un discurso histórico pidió "perdón" en nombre del Estado por el silencio ante las atrocidades del Proceso.
"Las cosas hay que llamarlas por su nombre. Vengo a pedir perdón de parte del Estado nacional por la vergüenza de haber callado durante 20 años de democracia tantas atrocidades. Hablemos claro: no es rencor ni odio lo que nos guía. Me guía la justicia y la lucha contra la impunidad. Los que hicieron este hecho tenebroso y macabro como fue la ESMA tienen un solo nombre: son asesinos”, expresó en parte de su discurso.
Embed - Néstor Kirchner a los militares "No tengo miedo, ni les tengo miedo"
Al respecto, el ex Senador Nacional expresó que “fue muy importante también lo de Néstor, en la ESMA. Ese día él pide perdón por el Estado, el Estado terrorista, es decir, el Estado que facilitó la detención, la tortura y la desaparición. Él dijo que no les tenía miedo y que iba a seguir avanzando y así es como terminaron los genocidas sentados en el banco, juzgados y condenados".
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