Para los espectadores habituales de los debates en la Cámara de Diputados, si bien no es una parte que tenga demasiada sustancia, es de las más atractiva para ver. Es el momento de las cuestiones de privilegio, donde en general un diputado pide que se trate en las comisiones el mal comportamiento de otro, por acciones o declaraciones.
Hoy, Miriam Bregman, hizo una moción contra el ultra liberal José Luis Espert. El origen fue un twitter de Espert durante la manifestación de algunos sectores dela vida política argentina contra el acuerdo con el fondo monetario internacional.
“En ese twitter”, alegó Bregman, “con una foto de Nicolás del Caño y quien les habla, escribía: Años y años siendo diputados, concejales, etc. viviendo del Estado, del laburo de los trabajadores que ellos dicen defender, cagándoles en realidad la vida cortando calles, avenidas y rompiendo todo a su paso. Más perversos no se consiguen. Lacras”.
A eso, dijo Bregman, “le agregó más agravios, por ejemplo, enfermos mentales. Para el diputado Espert una enfermedad mental es un agravio”.
“Esa pose de macho de twitter me tiene cansada”, bramó la legisladora.
Al ser aludido en nombre y apellido, el presidente de la Cámara Sergio Massa, le dio la palabra a Espert. Cuando todos esperaban, sino una disculpa, al menos una morigeración dele exabrupto, Espert no se bajó de su pose de duro y señaló: “No me arrepiento en nada de lo que dije, lo dije perfectamente consciente, lo pienso y lo ratifico”.
Y culminó con una chicana, que debe haberle dolido más al sector de la izquierda que los mismos agravios: “Pero no haga mucho problema, aun en las enormes disidencias que tenemos probablemente encontremos una coincidencia, que vamos a votaren contra de este presupuesto que presentó el gobierno del Frente de Todos