A casi tres meses de la condena contra Mario Parisí por violencia de género, la defensa del funcionario judicial se presentó frente al Tribunal de Impugnación y pidió la nulidad del fallo condenatorio. Después de varias semanas de espera, a causa de la cantidad de jueces que esquivaron el caso, finalmente el abogado Fernando Castro expuso los argumentos por los que considera que la sentencia debe ser revocada.
Ante la presencia del juez Maximiliano Blejman, de la fiscal Marcela Torres y del querellante Reinaldo Bedini, el defensor se basó en siete puntos para cuestionar la pena que resultó una bomba para Tribunales. Es que la sentencia de 1 año y 6 meses de prisión condicional para el alto funcionario judicial fue histórica por la posición y la función que Parisí ocupaba dentro del Poder Judicial.
Acorde la postura de Castro, hay al menos siete elementos que se destacan porque ponen en riesgo la credibilidad de la víctima y, como consecuencia, deberían hacer caer el dictamen. Es por ello que solicitó la nulidad absoluta del fallo como así también discutió uno de los agravantes que le endilgaron a su patrocinado: el de amenazas con arma blanca.
El representante de la defensa, que estuvo solo y no contó con la compañía del propio condenado, puntualizó que no existió la convivencia entre Parisí y la denunciante y que, a pesar de ello, fue entendido de otra manera por la jueza Ana Carolina Parra, quien emitió el dictamen. También, aseguró que no hubo escupitajos que Parisí le habría dado a la mujer en medio de la golpiza no existieron y, del mismo modo, fueron tomados como ciertos por la autoridad. "No hay pruebas, pero lo dio por sentado", remarcó.
Como tercer punto aclaró que tampoco se comprobó que la tomó del cuello, pues no se constató dicha lesión. Seguidamente, señaló que el testimonio de una amiga desmintió que haya tenido marcas visibles en el cuerpo o que le haya contado lo que había vivido. "La amiga dijo que no vio nada", agregó.
En un quinto punto, Castro cuestionó la existencia de un arma blanca en la escena y, como derivado, ello pone en crisis la teoría de la amenaza agravada. "Se dijo que la amenazó con un cuchillo que desenfundó, pero no se encontró nada cuando se allanó el domicilio", manifestó quien cruzó a la jueza Parra por tomar como válido el razonamiento de la denunciante y no proceder en consecuencia, respecto a un supuesto aviso del procedimiento que ayudó al acusado a deshacerse del cuchillo.
Para el defensor resultó grave que una jueza entienda que haya habido una filtración de información y que, pese a ello, no hizo nada. "La jueza dice que hubo una sociedad con la Oficina Judicial. Es grave lo que dice, pero no hubo ninguna acción judicial", señaló.
Otro cuestionamiento fue el origen de la lesión que presentó la víctima, pues los peritos no coincidieron con la forma en que se habría provocado. Por un lado, una médica sostuvo que la herida en la espalda había sido producida por un objeto similar a un cuchillo, mientras que otro profesional indicó que podría tratarse de un rasguño. En ese sentido, el defensor se preguntó por qué se había contemplado una sola opción.
Como séptimo punto, el abogado resaltó que la actitud de la denunciante resultó incongruente tras el supuesto ataque, pues se comunicó con la nuera de Parisí y, además de no decir nada, se mostró amorosa con su pareja. "Hablaron por el cumpleaños del hijo y del amor que sentía por él, lo que no se condice con el contexto que relató", aseveró.
Tras solicitar también que se resuelva la recusación contra el fiscal del juicio, Roberto Ginsberg, que fue un planteo que a su entender quedó inconcluso, el letrado anticipó que, de no obtener el fallo que espera, acudirá a vías ordinarias y extraordinarias.
Por su parte, la fiscal Torres expresó que durante el debate oral y público se acreditaron los hechos. "El relato ha sido consistente en todo el proceso y es referencia de un vínculo de sometimiento, de una situación de violencia de género", argumentó la representante del Ministerio Público que se opuso al pedido de la defensa, al igual que la querella que rechazó el pedido de nulidad.
El juez de Impugnación, que escuchó a todas las partes, deberá analizar las posturas de una y otra parte para luego resolver si respalda la sentencia de primera instancia, o bien, si desestima el fallo para torcer la historia a favor de Parisí.