Enrique Molina es el primer accidentado en el montículo de tierra, formado por una obra cloacal en La Bebida, donde este lunes falleció un motociclista de 35 años. El hombre se salvó de milagro, aunque terminó hospitalizado y con puntos en su ojo izquierdo.
"Podría haber terminado peor. Es increíble como me salvé, por eso digo que he vuelto a nacer. Nunca perdí el conocimiento, cuando me asistieron sabía dónde estaba y cómo me llamaba. Estaba bien dentro de todo, aunque casi pierdo un ojo", relató la víctima a Tiempo de San Juan.
El accidente ocurrió el jueves pasado, cuatro días antes de que un motociclista del Valle Grande perdiera la vida en el lugar. Enrique contó que se dirigía por calle Pellegrini, de noche, cuando se topó con la obra cloacal. Si bien intentó frenar, ya era tarde: "No estaba señalizado, estaba todo oscuro. Cuando visualizo el montículo de tierra, ya lo tenía encima. Lo cruce y volé unos metros, caí al otro lado".
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Pese a la violencia con la que cayó al pavimento, no sufrió fracturas. Aunque sufrió una herida grave en el ojo, razón por la que tuvo que ser hospitalizado. "Estoy con puntos y antibióticos, sin poder trabajar. Pero he tenido suerte. Gracias a Dios mis huesos están intactos", señaló el hombre, chofer de colectivo.
Enrique no fue el único accidentado en la obra de cloacas, la cual terminó convirtiéndose en una verdadera trampa mortal para los motociclistas que circulan por calle Pellegrini y Sarmiento. Casi una hora después de su accidente, un conocido que también viajaba en moto terminó con serias heridas tras impactar contra el montículo.