Este miércoles, el enfermero Marcelo Gerardo Acosta acusado de homicidio culposo por actuar con negligencia con una paciente, fue condenado a 2 años y 6 meses de prisión condicional y 5 años de inhabilitación para ejercer la medicina por la jueza Carolina Parra.
La víctima de este suceso se llamaba Susana Molina. El día que ocurrió el hecho, ella rogó asistencia de que le limpiaran la traqueotomía que tenía porque las secreciones le impedían respirar. Su hija y su nuera solicitaron la ayuda pero solo habrían recibido un “ya va” de este enfermero.
Tal era la desesperación, que Susana escribió un mensaje solicitando ayuda. Con la poca fuerza que tenía le pidió un papel a su nuera y escribió que llame el enfermero para “que me aspire”, es decir, que le limpie las secreciones que tenía en la traqueotomía.
Los familiares le sacaron una foto a este pedido y lo compartieron en un grupo familiar de WhatsApp. Y quedó en evidencia que la mujer, como pudo, solicitó la ayuda. Mirá la imagen:
El minuto a minuto de un desenlace fatal
Con la prueba que quedó plasmada en el debate oral se comprobó que estos pedidos de limpiar la traqueotomía empezaron cerca de las 14:00 horas. En un primer momento fue la hija de Molina la que le solicitó ayuda al enfermero Acosta.
Ahí pide que le acerque un papel y Susana escribió ese mensaje. A las 15:00, la nuera se quedó con ella y también fue a pedirle ayuda al enfermero para que haya esta tarea, y esta habría recibido una respuesta con una “ya va”.
Las horas pasaron y cerca de las 17:00, Susana ya no respiraba. El pedido para que fueran ayudarla se hizo repetitivo. Ahí es cuando entra en escena una kinesióloga. Supuestamente, Acosta le dice a ella que no es una urgencia lo de limpiar la traqueotomía.
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Ayudante fiscal Victoria Martín y el fiscal Iván Grassi.
Ante la seguidilla de pedidos de ayuda de la nuera diciéndole al enfermero que no respira, el enfermero y la kinesióloga van a la habitación y ahí se dan cuenta que la mujer ya estaba en paro cardiorrespiratorio.
La fiscalía a cargo de Iván Grassi y Victoria Martín aseguraron en el debate que ni el set de aspiración estaba armado. Dicen que este buscó muy apurado las cosas y las instaló, pero ya era muy tarde.
Durante el juicio también se comprobó que las secreciones se limpian a demanda, que no había un horario estipulado. En el caso de Susana ella ya tenía obstruida la traqueo con mucosidad -estaba saliendo de una neumonía y generaba más mocos-. A tener la obstrucción de la traqueotomía te impide escupir o tragar esa mucosidad, por eso ella sí o sí necesitaba que le aspiren esas obstrucciones para que pueda respirar.
Molina pasó a terapia tras ese evento, pero ocurrió lo peor. La mujer falleció a los días.
La sentencia no está firme. Después de que se den a conocer los fundamentos de la jueza, la defensa a cargo de Hipólito Fernández podrá apelar este fallo.