Luego de que la fiscalía apelara la absolución al cura Walter Bustos, que estaba sospechado por el delito de abuso sexual, el Tribunal de Impugnación intervino en el caso y, a pesar de que este martes estaba previsto que se conociera su dictamen, la autoridad decidió que se tomará más tiempo para resolver. Lo sorpresivo para las partes fue que no delimitó plazos a cumplir y el motivo que dio fue que tienen muchas causas que atender, por lo que se desconoce cuándo habrá una definición.
El fallo que pueda dictar el tribunal compuesto por los jueces Martín Heredia Zaldo, Silvina Rosso y Benedicto Correa resulta clave para el religioso, ya que en el mejor de los casos para el imputado, respaldaría el veredicto de primera instancia. Ahora bien, si lo revocara y dispusiera un castigo, lo enviaría directo a la cárcel. Es que aún cuando no se concedieran los 14 años que solicitó el Ministerio Público, una mínima pena lo llevaría tras las rejas por la condena anterior que acarrea sobre sus espaldas.
Por el caso que primero vio la luz de lo público, la Corte de Justicia le propinó un fuerte revés a Bustos cuando le dictó 3 años de prisión condicional. Esa sentencia, que quedó firme por tratarse de la máxima autoridad judicial en la provincia, le permite permanecer en libertad. Sin embargo, una nueva pena decretaría su encarcelación. Por ello es fundamental lo que determine el Tribunal de Impugnación.
Quien fuera párroco de Valle Fértil estaba acusado por abuso sexual agravado por ser ministro de fe y por aprovechamiento de la inmadurez sexual de un menor de edad (en dos hechos) en concurso real con corrupción de menores. Sin embargo, el tribunal del juicio, integrado por Federico Rodríguez, Celia Maldonado y Carolina Parra, lo absolvió por el beneficio de la duda, en fallo dividido.
Al considerar que el relato del denunciante y presunta víctima no había sido tenido en cuenta por los magistrados, a excepción de Parra que votó en disidencia, el fiscal Mario Panetta y su ayudante fiscal Verónica Recio insistieron con la condena y, por ello, acudieron a Impugnación.
Por su parte, desde la defensa -que está representada por Sandra Leveque y Joaquín Moine- sostuvieron el dictamen, resaltaron las incongruencias del testimonio de la supuesta víctima al igual que de otros testigos que participaron del debate. Asimismo, destacaron la importancia de pruebas como las fotografías y sus datos, que demostraron que el entonces párroco de Valle Fértil se hallaba en otro lugar y no donde el joven que acudió a la justicia decía.