Este martes al mediodía se llevó adelante la formalización del caso de la picada mortal y, durante la audiencia en la que se imputó a Juan Pablo Echegaray, el padre de Lucía Rubiño estuvo presente. A pesar de la fortaleza que esgrimió Jorge Rubiño, hubo momentos en que no pudo contener las lagrimas y tuvo que romper en llanto.
La situación de quiebre para el padre de la víctima, una adolescente de 16 años que murió tras ser embestida por un joven que corría picadas, fue cuando observó los videos que el fiscal Iván Grassi mostró durante el proceso. Los mismos eran del hecho que le arrebató la vida a Lucía.
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El hombre escuchó de primera mano el pésame que ofreció Echegaray a su familia por lo sucedido y, aunque lo miró fijo en ese instante, evitó hacer algún tipo de gesto.
Su representante, el querellante Maximiliano Sansó, pidió la prisión preventiva para el acusado y dejó en claro que la postura de los familiares de la víctima es que la calificación sea más dura: la de homicidio simple con dolo eventual, la mismas imputación que recibió el menor que atropelló y mató a Lucía.
Es que para el entorno de la joven, Echegaray fue clave en el inicio del siniestro vial con consecuencias mortales, ya que si no hubiera manejado de manera imprudente, es decir, si no se hubiese cruzado de carril, no habría obligado al menor a dar el 'volantazo'.
El chico de 17 años, N.M, permanece detenido en el Instituto Nazario Benavídez, mientras que Echegaray quedó en libertad. La diferencia de criterios entre la jueza María Julia Camus y el fiscal Grassi fue lo que determinó la diferencia entre ambos imputados.