A días del brutal asesinato a mazazos de Hebe Yolanda Leguiza, y cuando aún continúa la conmoción por un hecho jamás visto en San Juan, aparecieron datos impactantes de lo que pudo evitar que el adolescente involucrado cometiera tremendo crimen. Un informe reveló que, en 2023, el colegio adonde concurría denunció en el CAVIG los problemas de conducta del chico y el evidente clima de violencia que vivía en el seno familiar y que a raíz de esto una asesora oficial recomendó tratarlo con especialistas, pero una jueza no tomó ninguna medida para contener al jovencito.
De esto ya están al tanto los miembros de la Corte de Justicia y promete traer cola. En el ojo de la tormenta estaría la jueza Marisa Norma Valdez, titular del Cuarto Juzgado de Familia, quien fue la que recibió el informe de esa asesora que en 2023, alertaba sobre el riesgo de ese adolescente y el potencial peligro que representaba.
El resultado se vio el martes último pasadas las 19 horas, cuando ese adolescente de 15 años salió a la calle con una maza en la mano y atacó de forma deliberada a Hebe Yolanda Leguiza sobre una de las veredas de 25 de Mayo, en el centro capitalino. De una manera demencial le dio cuatro golpes con el martillo, que provocaron gravísimas heridas en la mujer de 71 años y su posterior muerte en la mañana del miércoles.
Ese mismo miércoles a media mañana, y tras una investigación que se extendió toda la noche, el personal de la UFI Delitos Especiales, allanó una casa de calle Gorriti en Santa Lucía y dio con el presunto asesino. Se trataba del hijo de un funcionario judicial, un adolescente de 15 años que padecería un cuadro psicótico. Por otro lado, dada su edad, automáticamente la causa pasó al Juzgado de Menores en turno, mientras que se dispuso que el chico quedara internado en el sector de psiquiatría pediátrica del Hospital Marcial Quiroga.
TIEMPO DE SAN JUAN tuvo acceso exclusivo a un informe judicial que había advertido en 2023 las conductas violentas de este chico. Ese año, las autoridades del colegio San Bernardo realizaron una presentación en el CAVIG (Centro de Abordaje de Violencia Intrafamiliar y de Género) en la que denunciaban actos de inconductas del adolescente –en ese entonces de 14 años- y problemas devenidos por violencia intrafamiliar, informaron altas fuentes del caso.
Como no había delito y el tema incumbía al chico y la relación a su entorno íntimo, la causa fue derivada al Juzgado de Familia Nº4 a cargo de la jueza Marisa Norma Valdez, según fuentes oficiales. En ese momento también intervino la asesora oficial María Soledad Medina, que pidió a profesionales psicólogos que le hagan un informe conductual al chico y entrevistaran a sus progenitores.
Las conclusiones se conocieron en junio de 2023 y arrojaron como resultado que el adolescente estaba en problemas, pese a que era tratado por un terapeuta, aunque se remarcaba que concurría a las sesiones de forma irregular. En el informe se señaló que presentaba dificultades personales, que tenía conductas disruptivas y de vínculos para interactuar con otros chicos.
Otros datos que destacó ese documento era que los padres del adolescente, entrevistados también, no ponían límites a sus conductas, “minimizaban” los problemas que atravesaba el menor y lo atribuían a su rebeldía y su conflicto por la separación de la pareja. Por otro lado, se menciona una puesta de límites violenta por parte del padre, que estaría naturalizada dentro del seno familiar.
En función a este crítico cuadro, la asesora recomendó a la jueza Marisa Norma Valdez que ordenara que el chico continuara el tratamiento con un terapeuta y pedía que certificaran ese acompañamiento, cada dos meses, para asegurar su cumplimiento.
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Marisa Valdez, jueza del 4° Juzgado de Familia.
Además, solicitó a la magistrada que dispusiera que los dos padres del adolescente realizaran tratamiento psicológico a fin de “obtener pautas de conductas y poner límites saludables y respetuosos ante la conducta de su hijo”. Por último, pidió a su señoría que el equipo de profesionales de la Oficina Judicial de Familia hiciera un seguimiento de la situación de toda la familia.
A pesar del informe, que a las claras ponía de relieve el peligro latente en ese chico y el clima de violencia que vivía, por alguna razón la jueza no dio curso al pedido de la asesora y el expediente durmió. Casi un año después, ese mismo adolescente protagonizó un hecho brutal.
Conmoción en el colegio San Bernardo
El shock es total puertas adentro del colegio San Bernardo, institución a la que asistía el menor acusado de asesinar a mazazos. Es que, si bien habían advertido comportamientos fuera de lugar del adolescente, nunca nadie imaginó un escenario tan terrorífico como el que se terminó dando en calle 25 de Mayo y Aberastain. El crimen se produjo el martes 7 de mayo y al otro día, los compañeros junto a los docentes tuvieron una jornada de apoyo y escucha.
Dentro del colegio hablan de conductas problemáticas del adolescente, pero no muy distintas a las de otros jóvenes que asisten a la institución. Es más, asociaban parte de las dificultades sociales a los años de pandemia.
Se supo que el adolescente era alumno regular de la Escuela Modelo pero que los problemas de conducta del menor terminaron con un pase al San Bernardo. El menor era contenido por los profesionales del gabinete psicopedagógico, de acuerdo a lo confirmado por las fuentes consultadas.
La próxima semana habrá novedades dentro del colegio. Está previsto que haya una reunión de directivos para ponerse a disposición de la Justicia y para resolver qué se hará en los próximos días para contener a los chicos.