A 9 años del hecho, la Justicia Federal condenó a dos sanjuaninas que prostituyeron a su hermana menor e intentaron venderla, al igual que castigó a otros dos sujetos que participaron de la explotación sexual de la niña de 14 años que fue víctima de un verdadero calvario.
Las mujeres identificadas como Yésica Cortese y Nancy González recibieron 10 y 5 años, respectivamente. La primera por ser considerada coautora y la segunda por participación secundaria en el caso. Los otros condenados fueron Emanuel José Samuel Astudillo,también considerado coautor, a 10 años de cárcel y Federico Elías Fernández Santa Lucía, quien recibió 12 años de pena.
Este último sujeto era la pareja de González y es un conocido personaje del ambiente delictivo local que cumple pena por pedofilia y otros delitos que lo depositaron tras las rejas, desde hace años.
El juicio por este caso ya se había realizado y había obtenido un fallo que, por falta de pruebas, desvinculó a los cuatro acusados. Sin embargo, el fiscal Francisco Maldonado apeló la resolución y un tribunal superior -la Cámara Federal de Casación Penal- que revisó el dictamen le dio la razón y ordenó que se celebrara nuevamente. Así, los jueces del Tribunal Federal Daniel Doffo, Eliana Ratá y Alberto Carelli reabrieron el caso y determinaron que sí hubo trata sexual.
Fernández Santa Lucía tiene muchas causas penales, de las consideradas graves. Este delincuente, de profesión enfermero, fue detenido el 9 de mayo de 2012 en el marco la supuesta trata de personas. En el allanamiento en su casa en calle España, en Capital, encontraron armas de fuego y una foto en la cual aparecía abusando de su hijastro, en aquel entonces de 5 años. A raíz de esas pruebas abrieron una causa penal en la Justifica Federal y otra en el fuero provincial.
En junio de 2014 fue llevado a juicio en la Sala III de la Cámara en lo Penal y Correccional de la provincial y lo condenaron a 14 años de prisión por el abuso sexual contra ese niño. Y es que en el debate se comprobó que Fernández Santa Lucía corrompía sexualmente a ese chico.
El caso
Los planes de vender a una niña quedaron al descubierto cuando su madre denunció su desaparición en noviembre de 2011. Desde el 7 de noviembre, nadie conocía el paradero de la menor y por ello la progenitora que estaba en Buenos Aires radicó la denuncia en la Policía, que inició la investigación y el operativo de búsqueda.
En febrero de 2012 (el 15), los investigadores apuntaron contra el propio entorno de la adolescente luego de que apareciera en la casa de una hermana en Rivadavia, bajo los efectos de alucinógenos. La chica contó que había estado encerrada en una casa del barrio Cabot, en Capital, donde la prostituían y que logró escapar tras descubrir que sus captores pretendían venderla a Santa Fe a una banda que continuaría explotándola sexualmente.
Las escuchas de la causa comprometieron a los familiares y, con esas pruebas sus allegados, entre ellos Fernández Santa Lucía, todos fueron enjuiciados.