La investigación para dilucidar quién o quiénes fueron los autores del brutal crimen de Yamila Pérez, la joven que fue asesinada de ocho puñaladas y luego desmembrada, tiene una dirección y apunta a una supuesta venganza ordenada desde el Penal por haber delatado un operativo de drogas que terminó con 60 kilos de marihuana secuestrada y un kilo de cocaína. Los señalados son los integrantes de la banda "Los Pastelitos", una familia que está imputada por comercializar drogas desde Mendoza.
Yamila estuvo en pareja con Kuky Sosa, uno de los detenidos en el Servicio Penitenciario tras el mega operativo encabezado por la Federal. Con Pérez, Sosa tuvo dos hijos y fue acusado de abusar de su hijastra. Uno de los detenidos por el crimen de Yamila es pariente de Kuky Sosa. Se trata de Ramón "Cunta" Sosa, sospechado de haber sido el autor de la masacre.
A la banda se los apoda "Los Pastelitos" porque el padre de familia vendía pastelitos en la plaza 25 de Mayo. Sobre este hombre no hay acusaciones y se descarta su participación en la venta de drogas. No así su esposa, de apellido Peñaloza, quien tiene prisión domiciliaria por participar en la cadena de venta de estupefacientes. El matrimonio tuvo aproximadamente 10 hijos, gran parte detenidos después de la redada del 2016.
El sábado 10 de diciembre la Policía Federal encabezó un mega operativo de drogas, que terminó con 60 kilos de marihuana y un kilo de cocaína secuestrada, 17 detenidos y gran cantidad de dinero secuestrado. Se realizaron 20 allanamientos en la "Cueva del Chancho" y en distintos puntos de Chimbas y Rivadavia. Fue así como cayeron la mayor parte de los Sosa. No está claro si Yamila tenía algún rol dentro de la banda.
A diferencia de otras bandas narcos, los "Pastelitos" están liderados por mujeres. A todos se les imputa el delito de comercialización de drogas en banda. Se sospecha que traían drogas desde Mendoza y la revendían en San Juan. La última en caer se dedicaba aparentemente a hacer de mula. A pesar de que hay 17 personas detenidas, la Justicia cree que operaban como tres bandas distintas.
La "Picu", la "Minina" y la "Fer" serían las capas de las bandas. Según fuentes judiciales no recuerdan casos en que hayan sido mujeres quienes se encargaban de la logística de una banda, y las "Pastelitas" habrían sido, no sólo quienes realizaban las negociaciones con los mendocinos, sino quienes ordenaban el trabajo de las "mulas". Las sábanas de llamadas y mensajes terminaron de enterrar a las hermanas Sosa porque en ellas los pesquisas descubrieron que coordinaban cada uno de los viajes a la vecina provincia. Cantidades, horarios y precios habrían sido manejados por estas tres mujeres que, además, también se dedicarían a la venta.
Antes de ser involucradas en la mega causa de la Federal, las hermanas Sosa ya tenían antecedentes por la venta de droga pero siempre cayeron con cantidades ínfimas.