Más de la mitad de su vida, el protagonista de la nota se dedicó a vender café al paso en la misma esquina de Desamparados y, pese a la marcha del tiempo, su labor se mantiene intacta. Siempre rodeado de clientes y sin importar cuánto frío haga o lo fuerte que sople el viento Zonda, él siempre está -como slogan de diario popular- firme junto al pueblo.
Se trata de Carlos Alfredo Cáceres, más conocido como 'Power', el cafetero de Av. Libertador y López Mansilla, quien de lunes a sábado levanta campaña bien temprano para asistir a aquellos que están de paso y que apenas tienen unos minutos para desayunar. Hace más de 32 años que se instaló en el vértice noroeste de la cuadra donde está emplazado un tradicional supermercado y, desde entonces, se transformó en un personaje del paisaje urbano de la zona.
El hombre que sabe de sacrificios cuenta que todos los días se levanta a los 2 de la mañana para preparar todo lo necesario antes de partir a trabajar. En unas ollas de grandes proporciones, detalla que hace el café, el té, la leche y el mate cocido. Luego, lleva sus infusiones en unos 45 termos y sobre las 6, cuando el sol comienza a asomarse y los pájaros se hacen escuchar al unísono, sale de su casa para buscar sus panificaciones, que serán la compañía de sus preparaciones.
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"Acá se pasa mucho frío, este invierno estuve hasta con 7 grados bajo cero, también con lluvia, sol y Zonda. No falto nunca, hasta los feriados estoy acá", asegura quien se ganó un apodo, justamente, por un oficio anterior que tenía. Es que el hombre con domicilio en La Bebida siempre trabajó de vendedor ambulante en los alrededores y allá por los noventas solía vender muñecos de los Power Rangers (el programa infantil de la época). Fue por eso que, en tono de broma, sus conocidos así lo bautizaron.
"Es sacrificado, pero hay que hacerlo", confiesa el padre de familia, al mismo tiempo que admite que es lo único que sabe hacer, entre risas. "Ya me acostumbre, después en la tarde recupero con unas cuatro horas de sueño y ya tengo que salir a hacer las compras de lo que me hace falta. A las 11 (de la noche) ya estoy acostado", agrega.
Con 10 hijos y una esposa, toda la vida tuvo que pelearla desde abajo. Sin embargo, reconoce que le va bien y deja descubrir el orgullo que siente por dar lo mejor de sí. "El más grande de mis hijos tiene 39 y el más chico, 13. Tengo una hija de 17 años que murió, Ludmila se llamaba", relata conmovido. Ellos, desde siempre, han sido su motivo para esforzarse aunque ninguno le siguió el ruedo, puesto que todos se dedicaron a hacer otras cosas. No obstante, asevera: "Me las arreglo solo y está bien, ellos manejan otros horarios también".
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Con el transcurso de los años y gracias a su entrega diaria, se ganó el cariño y el respeto de los propios vecinos que hasta le dan una mano, cada vez que pueden. "La señora de enfrente (vereda sur de Libertador) me guarda el carro y la sombrilla desde siempre. Es muy buena esa mujer", destaca quien se moviliza con las hieleras.
Agradecido con su clientela, resalta que con muchos forjó fuertes lazos. "Todos los chicos que trabajan en la calle, jardineros, pintores, albañiles, repartidores de bebida, taxistas y remiseros, que no tienen tiempo de sentarse en algún lado, pasan por acá", comenta el mismo que confiesa que en ese pequeño espacio que inauguró se habla de política, de fútbol y también de la actualidad, que está difícil".
En ese sentido, 'Power' expresa que la realidad económica es compleja y eso lo puede advertir a través de la charla con sus clientes. Aún así, argumenta que a los negocios hay que cuidarlos y dedicarles el tiempo necesario para que subsistan. "Hay que trabajar todos los días, es necesario buscar el día de uno, como yo que me inventé el trabajo porque no tenía uno", manifiesta el mismo que también fue vendedor de bebidas en la cancha de Sportivo Desamparados durante los partidos.
Convencido de que sin sacrificio no hay victoria, el cafetero hincha del Víbora cierra: "Siempre me la rebusqué y mal no me fue".