A los 38 años, el defensor sanjuanino volvió del retiro para vestir otra vez la pilcha de Desamparado. En diálogo con Entretiempo, contó cómo fue volver a calzarse los botines, las charlas familiares antes de tomar la decisión, el amor por los colores y las lecciones que le dejó una vida marcada por el fútbol, la fe y la familia.