Fue hace 9 años ya cuando Pampita Ardohain vivió el momento más difícil que podría vivir cualquier madre del mundo. Después de regresar de unas vacaciones en México junto a Benjamín Vicuña y sus hijos, Blanca, su hija mayor, falleció en una clínica de Santiago de Chile productor de un extraño virus en el Caribe.
Desde aquel momento, todos los 8 de cada mes son muy especiales para Carolina y Vicuña (él siempre la recuerda en sus redes sociales). Sin embargo, Pampa nunca quiso hablar mucho de todo lo que vivió en aquel entonces. Pero, en el primer episodio de Siendo Pampita, el reality de Paramount, abrió su corazón.
Febrero, un día ocho. Los 8 siempre son días muy especiales para mí. Es como un día de permitir recordar o tal vez estar triste y melancólica", comenzó en su relato, donde se puede ver el living de su mega departamento, en la zona de Palermo.
"Tuve un comercial de repente en Chile. En Chile es donde está mi hija enterrada, así que no pude ir mucho al cementerio. Nunca sentí que tenía que pedir nada, que la vida era súper generosa conmigo. Pero ahí, ese día, ese 8, no sé, me salió de adentro, del alma", siguió.
Y allí fue cuando largó su emoción: "Yo quiero un compañero en la vida, tener a alguien que me acompañe en el día a día, que fuera conmigo como soy con los demás, que disfrute del crecimiento de mis hijos. Y yo creo que lo pedí muy fuerte", reconoció.
El resto de la historia, todos la sabemos: fue en 2019, cuando Carolina conoció al empresario gastronómico Roberto García Moritán, con quien se casó apenas unos meses después por lo que fue muy criticada, tras una romántica propuesta con todos los lujos que cualquier persona puede imaginar.