El Karma de Aries. Deberán tener presente qué necesitan los demás y no ser el centro de sus propias necesidades. El egoísmo los perseguirá como soldado de batalla. La lección se basa en aprender a considerar las necesidades de otros y no tanto las propias. Ser más sensible y confiado en vez de actuar, además de constituirse en un líder positivo y no actuar como déspota.
El Karma de Tauro. El desafío se relaciona con el valor que se dan como persona y la confianza que sienten. Trabajar sobre el gran apego al mundo material y vivir de las apariencias será su lección, así como también aprender a liberar miedos y ganar seguridad.
El Karma de Géminis. Trascender lo superficial ya sea en situaciones, personas y cosas materiales. Evitar caer en malos entendidos será algo que deberán trabajar en esta experiencia terrenal. Controlar su imaginación será un desafío, como así también dejar que los demás expresen sus ideas y ser abiertos para la aceptación de otras opiniones. Su lección tiene que ver con los que los demás piensen de tu persona.
El Karma de Cáncer. Es importante que se centren en lo emocional para liberar su Karma; cultivar el desapego será toda una prueba. Como también dejar de vivir en el pasado, soltar aquello que no fue y volver a su presente. Deben aprender que no todas las responsabilidades pertenecen a sus espaldas. Tienen que buscar equilibrio en los compromisos y logros.
El Karma de Leo. Similares a los arianos en su tendencia al egocentrismo, deberán aprender desde la flexibilidad para no caer en el narcisismo y convertirse en líderes positivos. Empezar a preocuparse y a aprender a escuchar seriamente a los demás será un desafío. Usar la intuición para bien y derivar obstáculos para abrir caminos desde sus instintos los ayudará a liberar energías kármicas y así destacarse.
El Karma de Virgo. Este karma se basa en las energías de sensatez, en ser racional ante personas sin caer en el cinismo. Deberán ejercer su vocación siendo responsables, serviciales y honestos, de lo contrario carecerán de autoestima. Sus metas tienen que ser espirituales, solo así cambiarán las energías kármicas. Ser fiel es su desafío y dejar la rigidez mental de lado.
El Karma de Libra. Su gran Karma es el manejo en los vínculos, con uno mismo y con los demás. Deberán asumir que pueden existir diferencias y aceptar que no siempre tienen la razón. Esto llevará a sentir indecisión, a no demostrar lo que sienten y así, a herir a los demás y causar conflictos. Disolverán el Karma cuando se arriesguen, dejen de ser indecisos y tomen las riendas necesarias sin culpar a los demás de sus propios problemas. Sean honestos y recibirán lo mismo. De esta forma la balanza encontrará el equilibrio deseado.
El Karma de Escorpio. Similar a Libra, su reto kármico está relacionado con el poder en las relaciones. Es que al no ser comprensivos viven una guerra de imposiciones en la mayoría de sus historias vida tras vida. Adquirir confianza para transformarse y abandonar todo aquello que les hace daño será su desafío de esta encarnación. No tienen que dudar a la hora de pedir ayuda, si no vivirán en plena soledad.
El Karma de Sagitario. Este signo vivirá muchas desilusiones en todo tipo en experiencias, pasando de creencias en creencias también. Deberán hacer pactos entre lo espiritual y lo personal. Pueden ser escépticos por desencantos, pero siempre les llega su momento de querer encontrar la paz tan buscada en tantas vidas.
El Karma de Capricornio. Deberán enseñar a los demás desde sus Karmas y con tu pensamiento crítico. Tienen que salir del apego a las costumbres. Escuchen su voz interior y sepan elegir. Una de sus pruebas kármicas es comprender que el dinero no es todo en esta vida.
El Karma de Acuario. La prueba kármica para estos nativos es trabajar ese sentido rebelde a todo lo impuesto. Cultivando la empatía y siendo siempre flexibles, ganarán mucho y disolverán energías de karma. Siempre y cuando no lleven la contra y siempre quieran tener la razón.
El Karma de Piscis. Deberán ser el soporte de los demás tanto emocional como personal y espiritualmente sin que esto afecte sus ganas de vivir. No tienen que sentirse víctimas ni profetas para vivir su espiritualidad ni mostrar compasión. Deben aprender a estar solos y resolver problemas con coherencia. No traten de escapar de la realidad ni se dejen llevar por sus instintos.