En el Día de la Soberanía Nacional se conmemora la batalla de la Vuelta de Obligado, en la cual el gobierno porteño de Juan Manuel de Rosas se enfrenta a las potencias marítimas Francia e Inglaterra para evitar el paso hacia las provincias del Litoral, una de las primeras demostraciones de la defensa del territorio argentino ante el extranjero. Ante este acontecimiento, dos especialistas dan su mirada.
Marcela Ternavasio es doctora en Historia por la Universidad de Buenos Aires (UBA), investigadora del CONICET y del Consejo de Investigación de la Universidad de Rosario. Sobre esta temática dice:
“Hay dos dimensiones de la soberanía que en esta conmemoración se mezclan de manera problemática. La soberanía tiene una dimensión externa que surge a partir del derecho internacional frente a otros Estados soberanos, y al mismo tiempo tiene una dimensión interna. En las revoluciones hispanoamericanas el gran dilema frente a la soberanía exterior es justamente que son revoluciones de independencia”. “El problema frente a la obcecación de Fernando VII de no reconocer esas independencias va a generar un clima geopolítico durante décadas hasta que finalmente esas soberanías sean reconocidas por quien había sido la antigua metrópoli. Ahí entonces hay una dimensión que es buscar el reconocimiento de otras potencias en tanto y en cuanto la que tenía que hacerlo no lo hace”.
Dentro de los problemas que sucintaron la presencia anglo-francesa en el rio de la plata fue la intervención de Rosas en el enfrentamiento entre facciones en el Uruguay. Ternavasio comenta: “La pregunta que se harían los uruguayos frente al Día de la Soberanía nacional en Argentina es qué tendrían que decir ellos frente a la intervención de los ejércitos rosistas en las disputas, que en ese momento hay en Uruguay entre (Fructuoso) Rivera y (Manuel) Oribe”.
Por otro lado, Hilda Sabato es doctora en Historia por la Universidad de Londres e investigadora superior del CONICET en el programa PEHESA del Instituto Ravignani. Sobre la problemática de la soberania y la nacion, sostiene: “el eje del problema en 1853 es conformar una Nación que tenga y que pueda asumir la soberanía en tanto Estado autónomo”. “Para eso lo que instituye la Constitución es la República federal como novedad. Porque lo que habíamos tenido en el pasado era más bien una alternancia o una disputa entre un modelo más bien centralista o unitario, donde se erigía una autoridad central con bastante más poder que las soberanías provinciales, que habían estado desde el origen de todo el conflicto”
Además menciona una temática cuya influencia se extiende hasta la actualidad: “para que esto sea posible, las provincias deben resignar parte de su soberanía en esa instancia de poder centralizado que va a ser el Estado nacional, sin embargo se reservan todo otro poder que no hayan delegado por ese acto constitutivo”. “Ahí surge una República federal que es nueva, una innovación completa, y partir de ahí el problema durante mucho tiempo va a ser la disputa entre cuánto poder se quedan las provincias y cuánto poder tiene el Estado nacional”.
Para finalizar, dice “Rosas también entiende que el poder radica en el pueblo, tal es así que él realiza elecciones todos los años para ratificar su poder. El problema central acá no es la soberanía, el problema es cuánto poder se quedan las provincias y cuánto poder se delega a la Nación”.
Fuente: Página 12