No resulta sencillo explicar que es la soberanía. Mucho más complejo resulta hacerse entender cuando se habla de este tema. Despreocúpese, no es su culpa. Resulta que, en las instituciones escolares, precisamente en el área temática de la historia, no se abordaban conceptos claves para el entendimiento de la evolución de la historia argentina.
Conceptos como el de República, Nacionalismos, Revolución, Soberanía. El entendimiento de estos conceptos abarca una manera de comprender el proceso histórico distinto al que bastantes generaciones están acostumbradas. Hay que pensarlo, no repetirlo.
Por ejemplo, se estudiaba la declaración de independencia, pero no qué es una república, cómo es que se diferencia de los demás sistemas de gobierno, por qué es tan importante que la Argentina se haya definido como una república cuando se independizó, cómo es la vida actual dentro de una república, entre otros interrogantes.
De este modo se abordará la temática de esta nota: la Soberanía. Como se mencionó al inicio, no es sencillo explicarlo. Para ello, se puede mencionar la definición que da la doctora en historia por la UBA, Marcela Ternavasio, voz más que especializada en la historia argentina. Dice “Hay dos dimensiones de la soberanía, una externa que surge del derecho internacional frente a otros Estados soberanos, y una interna”.
Este pensamiento, en parte, coincide con el del sociólogo Atilio Borón (para salirnos un poco del ámbito de la historia) que sostiene la existencia de una soberanía popular (interna) y otra internacional (externa).
Se puede tomar el caso de la Guerra de Malvinas. Si nos posicionamos desde una perspectiva argentina, durante la guerra existió una soberanía internacional, o externa, en la que el Estado argentino busca defender parte de su territorio, que determinó distintos posicionamientos en el plano internacional. Pero al mismo tiempo, no existió soberanía popular en torno a este tema, demostrado en la campaña propagandística destinada a mentirle al ciudadano argentino sobre el resultado de la guerra.

Esta soberanía interna se desprende del concepto del “pueblo soberano”. Básicamente esta concepción consiste en establecer que la soberanía de una nación reside en su pueblo, que al mismo tiempo la delega en sus gobernantes, el Estado. Pero el origen del poder soberano reside su gente. Es un concepto de extrema importancia para el estudio de la Historia, ya que se analiza el surgimiento de los estados del siglo XIX. Es un concepto adoptado por distintos pensadores, como Rousseau, Voltaire o el mismo Mariano Moreno.
En el día de hoy, existe una nueva concepción sobre el reconocimiento de la soberanía internacional de un estado. Con el avance feroz del capitalismo y de la globalización a partir de fines del siglo XX, las grandes empresas y corporaciones se han transformado en importantes agentes multinacionales que adquieren participación dentro de distintas fronteras. Una noticia reciente demuestra lo que se quiere explicar aquí.
Amazon (el gigante de la venta por internet y que últimamente ha comenzado a incurrir, con gran éxito, en la industria del entretenimiento vía streaming) no reconoció la soberanía inglesa sobre las Islas Malvinas, obviamente con una perspectiva comercial.
Es una locura pensar como una compañía comercial puede tener peso en el acontecer político de los Estados. Pero bueno, no es algo que no se haya visto en películas ¿Cuántas veces hemos visto al hombre malo, bigotón, multimillonario, que busca explotar los recursos de una comunidad sin importarle nada? Y de temas como este estamos rodeados en la actualidad.
Para concluir, la construcción de estos conceptos es de suma importancia para el entendimiento de la historia y de la sociedad en la que vivimos hoy. Este 20 de noviembre, Día de la Soberanía Nacional, invita a reflexionar sobre este tema y su relevancia en la actualidad.
Por Iñaki Saharrea
Estudiante de la Licenciatura en Historia
Departamento de Historia
UNSJ - FFHA