"Abuelita, vení. Llamá a la ambulancia. Están todos
muertos". Con esa frase un niño de 9 años alertó sobre el infierno que
había ocurrido en esa casa del barrio Trapiche. El ex novio de su mamá acababa
de matar a tres mujeres y de herir a dos niños. Él se escondió en el baúl de un
auto. Su abuela, que vive en Las Heras, no lograba entender. Pero llamó al 911
y allí se descubrió todo.
El niño estuvo sentado un rato en la vereda junto a su
perro, a quien había escondido con él. Respondió algunas preguntas mientras los
peritos ingresaban a la casa y sacaban los cuerpos de su mamá, su tía abuela y
su bisabuela. Su testimonio es clave para la reconstrucción del hecho.
Daniel Zalazar había ido más temprano a esa casa con la
excusa de querer hablar con Claudia. El hombre es el padre de la beba de 10
meses que él mismo intentó matar. Según explicaron, no había reconocido la
paternidad. Aparentemente habían sido pareja luego de conocerse en las clases
de artes marciales que daba Zalazar.
La charla duró poco y comenzaron los ataques.
"Estuvieron conversando un ratito y después se volvió loco y empezó a
matar a todos. Eso contaron. Nunca me imaginé el drama que había dentro de esa
casa. El nene estaba en el auto y se ve que se esondió con el perrito porque
estaba con él", relató Zulma, una de las vecinas de la calle Entre Ríos.
Hasta que la policía y las ambulancias llegaron, nadie se había dado cuenta de
lo que pasaba. "Escuchamos las sirenas y pensamos que era un robo",
contaron.
El hogar era llevado adelante por tres mujeres, pero en
particular Marta Susana Ortiz que trabajaba en Aguas Mendocinas como jefa de
análisis de agua del Laboratorio. "Era una tía muy contenedora, los
cuidaba a los niños como si fuera su mamá", relataron los vecinos. A
Zalazar en el barrio no lo conocían. "La abuela contó que nunca fue parte
de la familia", explicaron.
La comunidad de esa empresa Aguas Mendocinas, donde
trabajaban Marta y Claudia, la de la
escuela Ecológica de Godoy Cruz, a la que asisten los niños, están conmovidos.
Pero la repercusión es aún mayor y por las redes sociales ya convocaron a una
nueva marcha para pedir frenar la violencia de género. Esta vez la marcha es
con velas y con ropa negra.
Desde el OAL actuaron de oficio (la fiscalía no pidió
medidas de protección) y recurrieron a la abuela materna para cuidar al niño de
9 años que fue testigo de todo y otra hija de Claudia, que tiene 13 años y no
estaba en la casa en ese momento. Esa abuela es la misma que llamó al 911 y
quien también sigue la salud de los otros dos niños que luchan por su vida en
el hospital Notti.
Zalazar, en tanto, será trasladado a la cárcel hoy. Pasó la
noche en la comisaría séptima, ya imputado por tres tipos de delitos:
femicidio, homicidio simple (dos hechos) y homicidio agravado en grado de
tentativa. La misma consternación tienen quienes conocían al acusado: no tenía
antecedentes penales ni denuncias. Es de Río Gallegos (Santa Cruz) y trabajaba
como profesor de taekeondo, defensa personal y entrenamiento físico.