Alemania tomó recientemente medidas rígidas con la intención de controlar la expansión y frenar el número de nuevos contagios de coronavirus dentro de su territorio.
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La canciller Ángela Merkel, que espera evitar con estas decisiones una "emergencia sanitaria", anunció que a partir del 1 de noviembre se cerrarán bares y restaurantes, así como las actividades de ocio, la oferta cultural y el deporte aficionado en espacios cerrados.
También se anunció que se limitarán a mínimos los contactos sociales y reuniones, anunció la jefa del gobierno, y detalló que las restricciones entrarán en vigor el lunes 2 de noviembre, con el objetivo de "evitar una emergencia sanitaria nacional", ante el avance de la pandemia.
El acuerdo prevé compensar a las empresas afectadas por las pérdidas que se deriven del cierre, estimando ese volumen respecto a lo facturado el año anterior, para lo que se prevé una partida especial de 10.000 millones de euros.
"Se ha duplicado la cifra de nuevos contagios en una semana. Tenemos que actuar ahora", afirmó Merkel, y agregó que el alto número de nuevos contagios y el incremento exponencial de casos implica que no se puede seguir convenientemente su rastreo.
La canciller admitió que no es posible actualmente conocer el origen del 75% de los nuevos casos que se detectan.
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