Chile recurrió a un préstamo del Fondo Monetario Internacional (FMI) por u$s 18.500 millones. El acuerdo firmado por el presidente Gabriel Boric es "precautorio" y busca generar un "seguro contra escenarios adversos", detalló el FMI. El Stand-By que firmó la Argentina en 2018 bajo el gobierno de Mauricio Macri también se presentó como "precautorio". ¿Qué firmó Chile y cuáles son las diferencias entre los programas?
El FMI aprobó una Línea de Crédito Flexible (LCF) de dos años para Chile "con el fin de incrementar los buffers precautorios", detalló el Fondo. "Tras recuperarse de forma notable de las secuelas de la pandemia de COVID-19, la economía chilena se enfrenta a un marcado aumento de los riesgos mundiales", explicó el organismo sobre el pedido de Boric.
La LCF, a diferencia del acuerdo de Stand By, que tiene una duración de cuatro años y medio, tiene entre los requisitos tener "gran solidez de sus fundamentos y políticas económicas" y busca apuntalar la resiliencia y la capacidad del país para responder a choques. Hoy para refinanciar el SBA (Stand By Agreement) la Argentina está bajo un programa de Facilidades Extendidas.
El acuerdo con el FMI firmado por el presidente Gabriel Boric es "precautorio".
El monto de DEG del acuerdo llega a 13.954 millones, lo que representa aproximadamente u$s 18.500 millones, el 800% de la cuota. La LCF puede utilizarse para atender cualquier tipo de necesidades de balanza de pagos. Con ese crédito, en tanto, el gobierno chileno comunicó al FMI que cancelará la actual Línea de Liquidez a Corto Plazo (LLCP) de DEG 2.529 millones (u$s 3.300 millones; 145% de la cuota).
Los giros en el marco de la LCF no se escalonan ni están sujetos a condicionalidad ex-post, como ocurre con los programas ordinarios del FMI, como el que tiene Argentina.
Riesgos por la economía mundial
Entre los riesgos que enfrenta Chile, el organismo que preside Kristalina Georgieva enumera los derivados de una posible desaceleración brusca de la economía mundial, choques de precios de las materias primas, las repercusiones de la guerra de Rusia en Ucrania, o un continuo endurecimiento de las condiciones financieras internacionales.
Tras la reunión de directorio donde se aprobó el crédito a Chile, Georgieva consideró que el país "se enfrenta a un marcado aumento de los riesgos mundiales".
"En el contexto de esta difícil coyuntura externa, las autoridades han continuado aplicando políticas sumamente sólidas para mitigar riesgos, preservar la estabilidad macroeconómica y respaldar a los grupos más vulnerables, al mismo tiempo que continúan impulsando reformas de gran alcance", remarcó la directora gerente.
De acuerdo con el Fondo, Chile cuenta con fundamentos económicos sumamente sólidos y una trayectoria sostenida en cuanto a la adopción de políticas muy firmes, anclada en una regla de balance fiscal estructural de larga data, metas de inflación creíbles con un régimen de tipo de cambio flexible y un sólido sistema financiero respaldado por regulaciones y supervisión eficaces.