Vladimir Putin visitará Mongolia el próximo 3 de septiembre en el que será su primer viaje a un país firmante del Estatuto de Roma desde que, en marzo de 2023, la Corte Penal Internacional emitió una orden de arresto en su contra por la deportación forzada de niños ucranianos.
La noticia fue comunicada por el Kremlin, que sumó que se realiza “por invitación del presidente mongol Ukhnaa Khurelsukh, para participar en los actos ceremoniales dedicados al 85 aniversario de la victoria conjunta de las fuerzas armadas soviéticas y mongolas sobre los militaristas japoneses en el río Khalkhin Gol”. Putin aprovechará la ocasión para mantener conversaciones con su homólogo y otros altos funcionarios, agregaron.
En tanto, el comunicado omitió hacer referencia al cumplimiento del Estatuto de Roma, documento que Mongolia firmó en 2000 y que ratificó en 2002, por lo que estaría obligado a “tomar inmediatamente las medidas necesarias para la detención” de Putin una vez en su territorio y llevarlo “sin demora ante la autoridad judicial competente del Estado de detención”, según indica el texto oficial.
Desde que el fiscal Karim Khan lanzó esta medida sobre el mandatario ruso, por ser “presuntamente responsable del crimen de guerra de deportación ilegal de población (niños) y del traslado ilegal de población (niños) de las áreas ocupadas de Ucrania a la Federación Rusa”, el líder del Kremlin se ha visto obligado a mantenerse lejos de países miembros de la CPI.
Por ejemplo, en agosto de 2023, tras semanas de negociaciones, acabó ausentándose de la cumbre de los BRICS en Sudáfrica, optando en su lugar por una aparición por video, mientras que al mes siguiente evitó viajar a la India para el encuentro del G20. En su lugar, optó por visitar China en mayo de este año, Corea del Norte en junio y Azerbaiyán en agosto, dado que todos son viejos aliados no firmantes del documento.
Sin embargo, ahora Putin estaría decidido a viajar a Mongolia tras casi cinco años, con la confianza de que Khurelsukh le permitirá gozar de su libertad sin problemas. Esto podría darse ya que, a pesar de que el país tenga la obligación moral de arrestarlo, de no hacerlo, el máximo tribunal internacional no dispone de ningún mecanismo de ejecución ni coacción.
Algo así ocurrió en 2015 cuando el entonces presidente de Sudán, Omar al-Bashir, viajó a Sudáfrica -país miembro del tribunal- pero no fue detenido, lo que desató una importante condena por parte de la oposición y de activistas de derechos humanos.
Rusia y Mongolia mantienen desde 2016 junto a China un corredor económico común que, gracias a su éxito, fue extendido durante otros cinco años en 2022.
“Teniendo en cuenta nuestra experiencia en la cooperación trilateral, proponemos centrar los esfuerzos en la consecuente implementación del programa para el desarrollo del corredor económico ruso-chino-mongol”, al igual que el aumento de pagos en las divisas nacionales, sostuvo Putin entonces, ya acechado por las sanciones de la comunidad internacional y una economía de guerra decadente.
Asimismo, aprovechó para subrayar que “nuestros países comparten enfoques sobre los temas más candentes de la agenda internacional y actúan desde posiciones coordinadas en la ONU y las organizaciones regionales”.
AP, AFP y EFE