El pasado lunes 2 de septiembre, el gobierno de Javier Milei vetó la nueva ley de movilidad jubilatoria, aprobada por el Senado durante la sesión del 22 de agosto. La medida fue rechazada por los jubilados y realizaron manifestaciones en varias ciudades del país. El repudio al dictamen libertario llegó a San Juan, y como ejemplo, dos beneficiarias de la mínima confirmaron que el dinero no les alcanza para afrontar los gastos de servicios y medicamentos. También dejaron otras necesidades básicas en un segundo plano.
Tiempo de San Juan dialogó con dos jubiladas. Rosa Geraldo y Silvia Vedia perciben la jubilación mínima. Como base, este mes cobraron $225 mil más un bono de $70 mil. “No nos alcanza”, fue la respuesta de ambas al enumerar los pagos mensuales. Además, la alimentación quedó marginada en sus vidas. “Almorcé una taza de té”, y “a veces no se cena y a veces sí”, expresaron.
Embed - Las estrategias de los jubilados sanjuaninos para sobrevivir con la mínima
Este mes, Rosa fue víctima de los tarifazos en todas las boletas. Pagó $50.000 en luz, $10.000 en agua y otros $10.000 en gas. Además, abonó $35.000 para el pago de una casa a su nombre, ubicada en Chimbas.
Por otra parte, Silvia manifestó que debe abonar $90.000 en luz y $10.000 en gas, siendo los pagos más grandes y esenciales en servicios. Trata de ser precavida con los gastos, porque tiene que afrontar otros costos fundamentales para la rutina.
Los medicamentos, un gran dolor de cabeza
A partir de agosto, PAMI modificó el esquema de cobertura de medicamentos en todo el país. Los fármacos que contaban con una gratuidad total ahora registraron una reducción, la cual osciló entre el 40 y 60 por ciento. La medida impactó negativamente en los jubilados sanjuaninos, como los casos de Rosa y Silvia.
Geraldo debe tomar una serie de medicamentos. Sufre problemas en los riñones y tiene una afección cardíaca, diabetes y presión alta. Únicamente recibe de forma gratuita los remedios para la presión. Este medio tuvo que sacar cerca de $40.000 de su bolsillo. Solamente llevó los fármacos muy necesarios y debió prescindir de otros.
A principio de septiembre no pudo pagar un estudio. ¿El motivo? Costaba cerca de $50.000 porque el PAMI no lo cubría. A principio de septiembre no pudo pagar un estudio. ¿El motivo? Costaba cerca de $50.000 porque el PAMI no lo cubría.
Vedia conocerá los gastos para medicamentos durante los próximos días, pero calcula que sería de $100.000. Este mes pagó $32.000 por un remedio. Toma seis pastillas al día y duda que todas sean cubiertas por el PAMI. Además, debe realizar nuevamente los trámites para los fármacos gratuitos porque necesita un tratamiento especial por Chagas.
La comida, en un segundo lugar
Esta necesidad básica bajó un escalón en las vidas de Rosa y Silvia. Lo dicen con resignación y angustia. También confesaron que necesitan de la ayuda de sus familiares y deben hacer costuras, tejidos y artesanías para llevar el plato de comida a sus mesas, al menos una vez al día.
“Almorcé una taza de té. No nos alcanza. No tengo para comer”, dijo Geraldo. No puede comprar carne, solamente le alcanza para unos pesos de molida y pollo.
Por otra parte, Vedia aseguró: “A veces no se cena y a veces sí se cena”. Por este motivo, sus hijos le ayudar al dinero de los alimentos.