Romina está feliz. Junto a su hijo Joaquín y esposo Ramiro vivió un día diferente y especial en el autódromo El Villicum, epicentro del Mundial de Superbike por tercera vez. "Fue el regalo del Día de la Madre. No dudé en venir y pasar un jornada distinta, viviendo y compartiendo todos una gran pasión como el motociclismo de velocidad", contó emocionada.
Así como Romina, otras cinco madres eligieron pasar su día entre motos y rugidos. Luciana y Mirtha, también sanjuaninas, llegaron al circuito albardonero muy temprano para disfrutar de la categoría internacional, acompañada de sus chicos. "Sin dudas que hemos disfrutado. A nuestros hijos les gusta, ya habíamos venido años atrás, y este domingo no fue la excepción", coincidieron.
Gimena también festejó el Día de la Madre viendo a las estrellas del Mundial de Superbike, junto a su pequeña hija Tiana y su madre.
Muy cerquita de ellas estaba Silvana, junto a su bebé Martina y su pareja José. La pequeña tenía una particular remera que decía "Nací para ser motera". No podía ser de otra forma. "El padre estaba preocupado porque es chiquita, me decía del viento, del frío. Yo le dije que no se preocupara, que se quedara tranquila, yo quería estar acá y disfrutar de esto con ella", comentó Silvana.