Marco Iacobellis no olvida aquel día en el que le dijeron que no podía seguir jugando en inferiores porque “era bajito”. Aquella decisión lo dejó afuera de Argentinos Juniors y Boca, pero no apagó su sueño de convertirse en futbolista. Su terquedad lo llevó a insistir, hasta que Huracán y luego All Boys le dieron la oportunidad de seguir. “Fue duro, porque uno siente que el sueño se termina, pero aprendí a tomarlo como un desafío”, contó en diálogo con Entre Tiempo.
El esfuerzo de sus padres fue clave. Su madre, Liliana, lo acompañaba a cada prueba, aunque eso implicara madrugones inesperados para que pudiera entrenar. Su padre, taxista, trabajaba jornadas interminables para sostener los gastos de la casa. “Sin ellos no hubiese llegado. Hicieron todo para que yo pudiera intentarlo”, recordó con emoción.
Hoy, a los 25 años, Iacobellis vive un presente que lo conecta de lleno con la ilusión del pueblo verdinegro. Su gol de penal en la última fecha desató un grito que todavía retumba en Concepción. “Ese penal lo pateamos todos. Yo solo me animé a agarrar la pelota”, dijo con humildad.
Pero su vida en San Juan es mucho más que fútbol. Lejos del vértigo porteño, encontró tranquilidad y afecto. “Acá se vive distinto, se puede caminar de noche sin miedo, hasta la siesta me sorprende”, confesó entre risas. También habló de la fe que lo acompaña en cada paso: “Siempre entro a la cancha agradeciendo, gane o pierda. Sé que todo pasa por algo”.
En lo personal, no dudó en destacar a su hijo y a su pareja, Sol, como sostén fundamental: “Ella lo quiere como propio y me ayuda a poder tenerlo cerca. Eso no tiene precio”.
De cara al choque con River, a disputarse el próximo domingo en el Monumental, Iacobellis dejó un mensaje al hincha verdinegro: “Sabemos que es un partido especial, pero lo vamos a jugar con el corazón. Ellos tienen todo el poderío, nosotros tenemos la fuerza de la gente. Y eso también pesa”.
Reviví toda la entrevista
Embed - Iacobellis y su historia: de quedar libre por "ser bajito" al presente en San Martín