"El horno ha superado las expectativas sobre la cantidad de gente que quiere usarlo. En particular, la gente que quiere, estando en vida, contratar el servicio para ella misma, para dejar todo pago y que el día que fallezca pueda cremarse. Nos han sorprendido bastante esas preguntas y por el momento no hacemos reservas de ese tipo, pero estamos viendo un sistema a futuro”, dijo el director del Cementerio San Miguel de Rawson, Juan Soler.
Un mes después de su inauguración, que fue el 2 de noviembre último, justo para el Día de los Difuntos, el horno crematorio único en San Juan y que es de administración estatal, es un éxito, según las autoridades. Tras la apertura y antes de cerrarse por unos días por tareas de mantenimiento, ya se consumaron 10 servicios, con clientes de diferentes departamentos de la provincia.
Además, las consultas proliferan, llegando a alrededor de un centenar en este lapso. "Viene gente sobre todo de mediana edad y mayores a preguntar sobre su propia cremación”, resaltó Soler, agregando que también se acercan "muchos curiosos que quieren ver el horno pero no lo mostramos”.
Esta modalidad de manejar los cadáveres que utiliza un aparato de última tecnología, tiene un precio accesible de 3.000 pesos y fue presentado como toda una novedad hace poco más de un mes por el intendente Juan Carlos Gioja.
La decena de casos hasta el momento es de fallecidos nuevos pero también pueden cremarse los de vieja data, en todos los casos presentando las autorizaciones correspondientes. Otra de las facilidades que se estudian es la del pago con tarjeta de crédito o débito, porque hasta el momento todo es en efectivo. "El año que viene en el Concejo Deliberante pueden aprobar una financiación pero sí debe estar cancelado el día de la cremación”, apuntó el funcionario.
Los casos mencionados fueron de gente muy mayor y un adulto de alrededor de 45 años. Para todos, sus parientes compraron las urnas de madera que ofrece el cementerio por 600 pesos y también todos se llevaron las cenizas, sin usar el servicio extra de un cinerador especial que hay contiguo al horno. El operativo se hace a primera hora de mañana o de tarde y la familia puede entrar a la sala y ver el cajón (de madera sin herrajes) en la puerta del horno.
De los casos realizados, solo una de las familias se quedó y el resto llevó el cuerpo a la mañana y retiró las cenizas por la tarde, contó Soler.