Son dos jóvenes agentes, los policías investigados por la supuesta detención ilegal de un camionero y el robo de 380 mil pesos. Fuentes de la causa señalaron que allanaron sus casas y les secuestraron sus celulares, mientras que ambos ya designaron abogados para afrontar la causa penal que se les avecina.
Ninguno fue imputado aun por el fiscal Renato Roca y el ayudante fiscal Maximiliano Gerarduzzi, de la UFI Delitos Especiales, pero hay fuertes sospechas sobre el accionar de estos dos agentes identificados como Franco Eduardo Rosales y María Ahumada. Ambos pertenecen a la Comisaría 5ta de Santa Lucía y fueron notificados de las actuaciones preliminares, ante lo cual nombraron a los abogados Claudio Vera y Gustavo De la Fuente como defensores.
El que los denunció fue el camionero Enrique Castro. En su relato, aseguró que la madrugada del 21 d agosto último los dos policías andaban en una camioneta y se detuvieron a identificarlo, cuando él se encontraba junto a su auto Renault Clio y su camión en la ruta nacional 20, a metros de calle Gorriti, Santa Lucía.
Era la 1.30 de la madrugada y los policías le pidieron explicaciones de por qué estaba ahí. Castro respondió que cuidaba su camión y los uniformados revisaron el vehículo de carga y su Clío. Ahí fue que éstos encontraron los 380 mil pesos que tenía guardados en el baúl del auto y él les indicó que esa plata era de su sueldo, según sus dichos. También recordó que los agentes tomaron una foto del dinero y después cerraron el baúl.
Sólo sustrajeron el dinero del auto y no otra cosa. Y los únicos que sabían de la existencia de esa plata ahí eran los policías, dijo el denunciante.
Según la denuncia, los policías le anunciaron que lo trasladarían a la Comisaría 5ta por su estado de ebriedad. Castro negó estar borracho, además les pidió que no lo llevaran porque no podía dejar a sus vehículos y las cosas que tenía en sus interiores, pero los uniformados insistieron y lo trasladaron en el móvil, de acuerdo a las versiones.
El camionero afirmó que no se negó al dosaje porque sabía que no había bebido, pero no le hicieron ningún examen y lo metieron preso por una falta contravencional por supuesto estado de ebriedad. Contó que lo dejaron encerrado hasta las 13, momento en que recuperó la libertad.
Después de eso fue a ruta 20 y calle Gorriti y se encontró con que el auto tenía un vidrio trasero roto, el baúl violentado y los 380 mil pesos ya no estaban. Lo único que faltaba era la plata. Por ese motivo regresó a la Comisaría 5ta, denunció el robo y apuntó contra los dos agentes.
Para el fiscal Roca, es sospechoso el proceder de los dos agentes. Por eso pidió a la juez de garantías Gloria Chicón los allanamientos en la propia Comisaria 5ta para requisar las pertenencias de los policías y secuestrar el libro de guardia y la documentación referida a la causa contravencional, como también las grabaciones de las cámaras de seguridad.
Por otro lado, allanaron el domicilio del agente Franco Rosales en Las Chacritas y el de la policía María Ahumada en Chimbas. Sólo pudieron secuestrar sus celulares, que ahora serán peritados para ver si tienen la foto que –según Castro- tomaron del dinero, el registro de llamadas realizadas y otros archivos vinculados a la causa, mientras que pedirán el registro de la geolocalización de sus aparatos con el fin de conocer dónde anduvieron en las horas que se produjo el robo de ese dinero.