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SUSCRIBITETras la revocación de la absolución de los jueces de impugnación, su condena quedó vulgarmente dicho en un “empate técnico”. Ahora, ¿quiénes serán los responsables en confirmar o no la condena?
Otro capítulo más. La causa del cura Walter Bustos pasará por una situación judicial pocas veces vista en el nuevo Sistema Acusatorio. El pasado 8 de octubre un Tribunal de Impugnación revocaba la absolución y lo condenaba a 10 años de prisión efectiva. Con esta situación, todos esperaban que la condena iba a ser revisada por la Corte de Justicia para ratificarla o revocarla. Pero en esta ocasión no pasará.
Será otro Tribunal de Impugnación (tres jueces) los que revisarán este fallo y ocurrirá lo que a nivel jurídico se conoce como revisión horizontal. Esto pasa cuando los jueces de juicio absuelven y después el Tribunal de Impugnación condena. Esto se hace para garantizar el derecho al doble conforme. El tribunal de juicio compuesto por Federico Rodríguez, Celia Maldonado de Álvarez y Carolina Parra absolvieron por el beneficio de la duda a Walter Bustos en un fallo dividido. Parra fue la única que se mostró en contra que sus colegas.
Después los jueces de impugnación, Silvia Rosso de Balanza, Benedicto Correa y Martín Heredia Zaldo resolvieron revocar la sentencia y condenaron al sacerdote a 10 años de prisión efectiva, pena que debía cumplirse en el Servicio Penitenciario Provincial. Ese fallo también fue dividido, Benedicto Correa ratificó la absolución.
Este término refiere a la facultad del imputado, condenado en un proceso penal, de poner en marcha una instancia de revisión de un fallo dictado por un tribunal.
Habrá un “nuevo round” para decirlo vulgarmente en la causa del cura Walter Bustos. Este recurso fue presentado por el abogado de Bustos, Joaquín Moine. Mientras que el fiscal de impugnación, Fabrizio Medici, fue el que respondió los agravios.
Esta causa fue muy cambiante a lo largo de este 2024. Un 15 de abril de 2024 Walter Bustos salía sonriendo de la sala de audiencia luego de haber recibido la noticia que había sido absuelto por el beneficio de la duda. “No soy un pervertido, ni ningún abusador. No se lo deseo a nadie”, dijo a los medios presentes.
Nueve días después a esta absolución, la Corte de Justicia sanjuanina daba a conocer que ratificaban la primera condena que había sido impuesta contra él. Su pena de 1 año y 8 meses pasó a ser de 3 años de prisión condicional porque lo consideraron culpable del delito de abuso sexual agravado por ser ministro de culto.
A los días se daba a conocer otra situación insólita. Otra denuncia caía a UFI CAVIG contra él. Lo acusaron de haberse comunicado con el entorno de la primera víctima por teléfono. El caso se investigó, se confirmó que sí se comunicó pero la denuncia fue desestimada.
Tras unos meses de tensa paz y con las audiencias de impugnación de por medio, el 8 de octubre pasado era condenado a 10 años de prisión por el delito de abuso sexual por aprovechamiento de la inexperiencia y/o la inmadurez de la víctima, agravado por ser cometido por un ministro de culto reconocido, dos hechos en concurso real, y en concurso ideal con corrupción de menores.
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