El mediodía del 24 de julio de 2019 hubo un gran revuelo en el Centro Cívico y alrededores cuando un hombre llamó y dijo que había colocado una bomba en uno de los baños del edificio. Tras corroborar que la amenaza era falsa, se inició la investigación y determinaron que el contador Ernesto de León Maussion era quien había efectuado la llamada. Cuatro años después del hecho y con un juicio de por medio, todo se encaminaría a definirse.
El miércoles de esta semana se realizó una nueva audiencia en el caso, donde el abogado defensor, Fernando Bustos Laspina, pidió la probation para su cliente. Trabajaos comunitarios en ASANA por tres meses, más 10 latas de leche especial para Casa Cuna fue lo que se pidió.
Tras le pedido, la fiscal de la Cámara Penal que interviene en la causa, Marcela Torres, no rechazó la propuesta de la defensa, por lo que la responsabilidad quedará en manos del juez Víctor Hugo Muñoz Carpino, titular de la Sala 1 de la Cámara Penal. De aceptar, se daría por finalizado el proceso que inició con un episodio más que escandaloso.
En la misma audiencia el juez solicitó un informe detallado de la propuesta y aclaro que en caso de incumplimiento si se da la probation, se revocará el beneficio y la condena será con prisión efectiva, que podría ser de hasta 6 años de prisión por el delito de intimidación pública.
El caso que revolucionó el Centro Cívico
Fue minutos antes de las 13 horas del 24 de julio del 2019. Un operador del CISEM recibió una llamada en la línea 911. Del otro lado, una voz masculina señaló que tanto en la Legislatura como en el Centro Cívico había bombas. Tras la escueta llamada, que duró 19 segundos, se activó el protocolo, evacuando al personal de ambos edificios y realizando la búsqueda del explosivo, dando resultado negativo.
Tras descartar la presencia de una bomba, se inició el proceso judicial para buscar dar con el autor del llamado. Lo llamativo es de De León nunca cambió el número. Es más, la llamada la hizo desde su teléfono particular, fue por eso que, tras las pericias tecnológica, no fue difícil determinar que el contador era el autor de la llamada, por lo que el 25 de septiembre fue detenido.
Su abogado consiguió la excarcelación, y fue procesado por intimidación pública. Al momento en que ocurrieron los hechos, el contador trabajaba en el Foro de Abogados. Y a pesar de las versiones, nunca se supo, al menos formalmente, por qué realizó aquella llamada que lo metió en problemas.