El informe forense reveló que el hombre del barrio Güemes, en Rawson, murió como consecuencia del golpe que recibió por parte de su hijo. Esto confirma la versión de la pelea familiar o la agresión física ocurrida el sábado en la madrugada y pone al joven como único imputado de la causa por presunto homicidio.
El fallecido se llamaba Ernesto José Vega, de 45 años. Y el principal sospechoso de su muerte es su propio hijo, de nombre Jonathan y de 22 años, quien se encuentra detenido desde sábado a disposición del fiscal Adrián Riveros, de la Unidad Fiscal de Investigaciones de Delitos Especiales. Tanto la víctima como su hijo eran empleados municipales contratados en la Capital y no tenían antecedentes penales, comentó un investigador.
Al parecer, ambos venían con problemas de convivencia. El viernes a la noche, volvieron a tener otro cruce mientras miraban el partido de fútbol entre Argentina y Uruguay. Los Vega habían recibido a unos compañeros de trabajo en su casa de calle Pellegrini, entre José Hernández y José Ingenieros, del barrio Güemes, Rawson. Según los datos que obtuvieron personal de la UFI de Delitos Especial y policías de Homicidios, Jonathan mantuvo un altercado con uno de los invitados y casi se van a las manos o se tiraron unos golpes. Eso originó una primera discusión con su padre.
Los invitados se marcharon al rato y en la casa sólo quedó la familia Vega. Fue en esos momentos en que Ernesto y su hijo Jonathan volvieron a enfrentarse. No está claro qué pasó realmente, dicen que fue a eso de las 2.30 de la madrugada del sábado. Lo que hay certeza es que Jonathan le dio una trompada a su padre en la boca y lo lanzó contra la pared, lo que le produjo una grave lesión en la parte posterior del cráneo. Y que éste ahí se desvaneció y no se levantó más.
Cuando llegó un equipo médico confirmó que estaba muerto. Este domingo trascendió que el informe forense reveló que Ernesto José Vega murió a causa de hemorragia cerebral producto del golpe en la cabeza, según fuentes judiciales. La víctima presentaba la lesión en los labios y otra más importante en la zona de la nuca. Esto confirma que fue a consecuencia de la agresión que sufrió por parte de su hijo Jonathan, explicaron.
El fiscal Adrián Riveros y los ayudantes fiscales Fabricio Poblete, Francisco Pizarro y Pablo Orellano estudiaban qué imputación le cabría al hijo, el único sospechoso y detenido en la causa. Una era la del presunto delito de homicidio simple y la otra, la de homicidio preterintencional. Por cómo, aparentemente, se dieron los hechos, todo indica que podrían imputarle esta última. Es que, se supone, el joven agredió a su padre y procuró causarle un daño, pero no tuvo la intención matarlo.