Este viernes al mediodía, Diego Espejo, el sujeto sindicado como el asesino del policía Oscar Mura, habló por primera vez frente a la Justicia y ofreció su versión de los hechos que lo tienen como imputado de homicidio doblemente agravado por el vínculo y por alevosía.
Aunque podría haber optado por abstenerse a declarar, Espejo decidió defenderse luego de haber protagonizado una supuesta crisis de nervios durante la primera audiencia de formalización, el pasado domingo, situación por la cual se suspendió la sesión.
El acusado describió cómo su pareja, integrante de la Fuerza de Seguridad, recibió los disparos que le causaron la muerte y alegó que todo se trató de un accidente. Contó que después de llegar de un bar en el que estuvieron, Mura lo encerró en su departamento, lo desnudó y luego lo esposó.
"Cerró la puerta con llave y me dijo que no me fuera. Me esposó, me sacó la ropa. Sacó el arma y me amenazó. Después me llevó a la cama", detalló.
"Yo le decía que no, que me dejara ir", indicó.
Dijo que le mostró el arma y lo llevó a la cama. Frente a esto, Espejo aseguró que forcejearon con el arma y que justo en ese momento, accidentalmente, se disparó y dio en el cuerpo de la víctima.
"Ahí salí pidiendo auxilio a los vecinos", agregó.
Con Covid y tras las rejas en los calabozos de la Comisaría 23º, el único detenido por el homicidio del efectivo policial manifestó que vivió un calvario al lado de Mura, quien esa misma noche del asesinato lo habría maltratado de diversas formas. Más temprano habían salido a tomar algo a un bar y, durante el camino, contó que le mostraba mensajes de otro chico con el objetivo de ponerlo celoso.
Tras ofrecer su verdad, Espejo expresó que en varias oportunidades lo había tratado de esa manera. Aunque no reconoció que efectuó los disparos a propósito. No obstante, las pericias de la investigación comprometerían esa versión. Es que según arrojaron, el detenido le dio tres tiros de frente y el cuarto y último fue de espaldas. Además, los peritos señalaron que no siguió disparando porque el tambor del arma se trabó.