Un sentido mensaje escribió Estér González, mamá de Alfredo Turcumán, luego de cumplir un aniversario más -el tercero- de su fallecimiento. El hombre fue asesinado en 2017 por su pareja, identificada como Claudia Moya, la que fue sentenciada a 15 de prisión por la Justicia local.
"Un año más de tu partida mi Alfredo. Hoy te doy gracias por cada momento de nuestras vidas compartidos. Sé que nos faltó tiempo para abrazarnos y decirte que te amo pero también sé que volveremos a estar juntos para hacerlo. Un día más sin ti, mi niño. Un día menos para nuestro encuentro. Cuando partiste te llevaste parte de mi corazón contigo y ese dolor no cesa. Disfruta de la paz celestial mi ángel. Mamá te ama", escribió Estér.
El caso
El 13 de junio de 2017 explotaban los medios con la terrible noticia de una mujer que había asesinado a su marido de un puntazo certero en el corazón. No solo fue nota en los medios locales sino también en reconocidos medios y programas nacionales.
Todo empezó con una simple discusión de pareja, como todas, en el hogar que compartían en Trinidad, Capital. El entrecruce de palabras quedó corto cuando Moya tomó un cuchillo y le dio una puñalada certera en el corazón de su marido Alfredo Turcumán.
Claudia Moya, la asesina.
El hombre fue hospitalizado de urgencias en el hospital Rawson pero lamentablemente, luego de 9 días de agonizar, Turcumán falleció. Desde el día en que le dio el puntazo, la mujer quedó detenida y la causa, al morir la víctima, pasó de tentativa de homicidio a un homicidio concreto, además agravado por el vínculo. Este delito, como el caso anterior, podría haberla dejado en la cárcel toda su vida.
El caso quedó nuevamente en el Quinto Juzgado de Instrucción, a cargo del juez Benedicto Correa. El magistrado, luego de analizar las pruebas, descartó por completo que el puntazo letal a su marido Alfredo Turcumán, de 28 años, haya sido en defensa propia sino, lo contrario, resolvió que la mujer actúo con dolo (con intención) y por ello, decidió procesarla por homicidio agravado por el vínculo y un embargo de $500.000.
La causa recayó en la Sala III de la Cámara Penal compuesta por un prestigioso tribunal: los jueces Eugenio Barbera, Maximiliano Blejman y el subrogante Ernesto Kerman. Previo a la sentencia, desfilaron una gran cantidad de testigos, entre exparejas de Moya, psiquiatras, forenses y familiares de ambos.
Luego de escuchar todos esos relatos, el tribunal decidió condenarla por homicidio agravado por el vínculo pero la sentenciaron a 15 años de prisión, pese al pedido de perpetua de la Fiscalía. Esta decisión se debió a que la mujer actúo en un acto reflejo y, también, se enfocaron el contexto doméstico en el que vivía la pareja: una relación violenta y tóxica.