Por Agostina Montaño
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El diputado provincial por Iglesia, Jorge Espejo, se ilusionó cuando le llamaron para decirle que un gerente de la empresa Nike quería donar equipos deportivos para el departamento. Las donaciones iban a ir a parar a alguna escuela que lo necesitara pero todo era mentira.
Así lo relató el comisario Gregorio Díaz, a cargo de la División Seguridad Personal que éste jueves detuvo a un sujeto llamado Fabio Castro por estafar al diputado.
El legislador recibió una llamada de un hombre que decía llamarse Peñafort y le ofrecía una donación para el departamento. Espejo aceptó de inmediato y quedó a la espera de una nueva llamada. Sin embargo, la próxima comunicación telefónica fue para pedirle plata.
Según la policía, el supuesto empresario Peñafort le dijo a Espejo que necesitaba que le prestara dinero para un amigo con una enfermedad terminal que estaba en San Juan y necesitaba su ayuda.
Los pesquisas creen que un sujeto era quien se hacía pasar por Peñafort por teléfono y otro (Fabio Castro) era quien se encargaba de buscar el dinero. Así fue que Espejo le dio a Castro la suma de 4.800 pesos a través de su secretario.
"Lo que dice el denunciante es que Castro fue a la Legislatura a buscar el dinero y ellos le hicieron firmar un recibo como que le habían entregado la plata. Este supuesto Peñafort le había dicho por teléfono que iba a venir a la provincia y se lo iba a devolver", explicó el comisario a cargo de la investigación.
Por supuesto las donaciones nunca aparecieron y Espejo radicó la denuncia en la Policía. Este jueves los efectivos de Seguridad Personal lograron detener a Fabio Castro y ahora investigan quién era el que realizaba las llamadas aunque creen que las hacía alguien desde adentro del Penal de Chimbas.
EL ANTECEDENTE: LA PARROQUIA DE ANDACOLLO
Fabio Castro ya tenía antecedentes por este tipo de estafa y hace nada más que 15 días cayó preso por intentar estafar al cura Roberto Casasola de la Parroquia Nuestra Señora del Rosario de Andacollo.
A Casasola también lograron engañarlo con la excusa de las donaciones y lo llamaron por teléfono pero en esa ocasión se hicieron pasar por un ingeniero de apellido Giuliani de una empresa de construcción.
Al párroco le dijeron que le donarían pintura, pelotas y computadoras para la iglesia pero luego le pidieron 3 mil pesos para un amigo que tenía que comprar una dosis de morfina.
Casasola se dio cuenta de que algo raro pasaba y fue a la empresa constructora de Giuliani para verificar que la donación era real. Ahí se enteró de que todo era una estafa y concretó una reunión con ese "amigo" de Guiliani que vendría a buscar el dinero para hacerlo caer.
El párroco citó al hombre en la parroquia y ahí la policía logró detener a Fabio Castro cuando iba a cobrar. Sin embargo, Castro quedó rápidamente en libertad por tratarse de una estafa en grado de tentativa (Casasola nunca le entregó el dinero).
