Emily Ratajkowski no se cansa de despertar los ratones del mundo y más allá. Si carita angelical riega de ternura cuanto ojos se crucen en su camino, pero si figura eleva la imaginación a vuelos candentes e insospechados.
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SUSCRIBITEEmily Ratajkowski no se cansa de despertar los ratones del mundo y más allá. Si carita angelical riega de ternura cuanto ojos se crucen en su camino, pero si figura eleva la imaginación a vuelos candentes e insospechados.
Está felizmente en pareja, pero eso no impide a sus millones de seguidores soñar con encontrársela en cualquier lugar del extenso planisferio, aunque sea un segundo, para poder contemplar su belleza en primera persona.
Y ni qué hablar si alguno acude a descansar en el mar y se la encuentra a la encantadora Emily broncéandose con menos tela que un pañuelo sobre la arena.
La actriz derrite a su paso y en sus posteos habituales invade de alegría las cuentas de sus fieles fanáticos, que no se casan de hacerles distintas propuestas aún sabiendo que son pura utopía.
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