La producción de vino en San Juan ha sufrido un golpe significativo este año, ya que a la merma récord en la cosecha de uva se ha sumado que las bodegas han producido el menor porcentaje de vinos de al menos la última década.
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SUSCRIBITELa cosecha fue la más baja en 70 años por culpa del clima y las enfermedades. Pero además la producción de vinos fue la peor en la década.
La producción de vino en San Juan ha sufrido un golpe significativo este año, ya que a la merma récord en la cosecha de uva se ha sumado que las bodegas han producido el menor porcentaje de vinos de al menos la última década.
Según los datos del INV, la producción de vino en San Juan alcanzó los 105.076.560 litros, bastante menos que la producción de mosto que fue de 156.984.636 litros. Es decir, se hizo más mosto que vino, impulsado también por el factor económico ya que el precio del vino se ha derrumbado.
“En otras oportunidades, aunque se cosechara menos, hemos llegado a producir 150 millones de litros de vino y 150 millones de litros de mosto, es decir 50 y 50. Pero ahora la caída en la producción de litros de vino ha sido importante” afirmó Hugo Carmona desde el Instituto Nacional de Vitivinicultura de San Juan.
Mendoza produjo este año 1.468 millones de kilos de uva, prácticamente el pronóstico de estimación del INV. San Juan en cambio produjo 390.814.108 de kilos de uva. Fue casi el 6% menos que el año pasado y a pesar de que el INV anticipó una suba del 10% interanual.
Los expertos señalan que un combo de factores climáticos adversos, incluyendo lluvias, granizo, olas de calor y ataques de plagas, han sido los causantes de esta caída significativa en la producción, la peor en 70 años, con casi 391 millones de kilos de uvas.
Carmona brindó un detalle de las mermas por variedad de uva. En San Juan, la Cereza y la Pedro Jiménez representan el 50% de la cosecha y lo que les pase a esas dos variedades marca el ritmo de la cosecha. ¿Qué pasó este año?
La vid es una planta muy adaptable y soporta extremos, pero este año hubo eventos inesperados. Por ejemplo, fue mucho más lluvioso que el año anterior y varios para atrás, y la permanencia de agua en las hojas provocó un severo ataque del hongo de Peronóspora en primavera, justo cuando están los racimos en floración. Posteriormente también por el clima húmedo hubo ataques de Botritys.
Además, se produjeron seis granizadas, de las cuales dos fueron muy fuertes en enero. Luego, siguieron las olas de calor en febrero. Hubo dos olas de calor fuertísimo que duraron cinco días a principios de febrero y luego A mediados de febrero y afectó toda la zona norte. Por último, la polilla de la vid o Lobesia Botrana también siguió expandiéndose en los viñedos sanjuaninos produciendo daños.