Sin duda forma parte del paisaje urbano de la ciudad de Rivadavia. Ubicada a metros de la Av. Libertador, la enorme chimenea de ladrillo que se alza majestuosa cautiva la atención de propios y ajenos. Si bien muchos vecinos conocen en detalle la historia de progreso detrás de la estructura, hay quienes aún se preguntan por qué motivo hay una chimenea prácticamente en medio de una calle.
La Chimenea del Callejón Gómez, como su nombre aparece bien detallarlo en Google Maps es el único recuerdo de lo que era la Destilería Jaquemin, una destilería que fue sinónimo de trabajo y progreso industrial durante muchos años en el departamento, donde el coñac era su joyita estrella.
De acuerdo a un trabajo realizado por arquitectos e ingenieros, presentado en el Primer Seminario de Patrimonio Agroindustrial en 2008, los orígenes tanto de la bodega como de la chimenea se encontrarían entre los años 1910 y 1920. De acuerdo a los registros, los terrenos donde se construyó la bodega fueron comprados por Eloisa Recabarren en un primer momento, y luego quedó en manos de los hermanos Jacquemín, quienes instalaron en el lugar una destilería, aplicando una combinación de conocimientos y tecnología nacional y francesa.
Se utilizo el tipo de torres Cazenave, cuyo nombre deriva de las máquinas con las que se destilaban los aguardientes. Por la gran tubería de unos 40 metros de altura salía el humo de la caldera, que en la cima tenía una desembocadura que, debido a los estragos del tiempo y algunos movimientos sísmicos del pasado, ya no se encuentra, pero la estructura sigue de pie.
La destilería cerró, parte de la bodega se derrumbó y la urbanización comenzó a ubicarse en la zona, pero la chimenea siguió allí, firme, siendo un fiel simbolismo de lo que fue el desarrollo socioeconómico industrial de Rivadavia, declarada incluso Monumento Histórico Municipal por parte del Concejo Deliberante del departamento en 2005.
Si hubo proyectos y propuestas para restaurar y recuperar el valor que tiene la chimenea, por el momento no pudieron avanzar. Había quienes había incluso proyectar un sector verde alrededor de la estructura, como una especie de paseo que ubique a la gran chimenea en el centro de la escena.
Hoy la estructura es de gran valor para los vecinos de Rivadavia, y si bien no todos conocen sus orígenes, no hay quien no la reconozca, o al menos la haya visto, al menos una vez.