Mujeres. Jachalleras. Maestras rurales. Promotoras. Infatigables. Reivindicadoras. Esos perfiles comparten Esmeralda Aciar de Varas –Doña Adela para todos- y Nelly Táñez de Peñaloza, las dos auténticas artífices de las máximas expresiones tradicionales que hay en Jáchal y en San Juan: la Fiesta Nacional de la Tradición y el Fogón de los Arrieros. Ambas propuestas conviven en un mismo punto desde hace unos cuantos años, pero lo cierto es que fueron gestadas por separado en la década del 60.
La investigación histórica realizada por la profesora jachallera Luisa Manrique permite explayarse aún más en estas pioneras y, en cierta manera, también realzar sus figuras ante una sociedad que en su mayoría no sabe que las representaciones máximas de la tradición fueron ideadas por dos soñadoras. Principalmente, por dos incansables trabajadoras.
Doña Adela, una ferviente reivindicadora
Doña Adela era hija de un arriero, pero ligada a familias de cierto status y a referentes culturales en la sociedad jachallera de aquel entonces. Tras recibirse de maestra, carrera que cursó buena parte en la Escuela Normal de Jáchal y terminó en la Escuela Normal Sarmiento de la Ciudad de San Juan, y, siendo ya presidenta del Centro Sarmiento del Magisterio de Jáchal, convocó a los docentes que pertenecían a esta institución y a otros sectores de la comunidad como clubes, la Policía, Gendarmería y otras instituciones intermedias a una reunión el 27 de septiembre de 1962 para comentarles una inquietud.
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Esmeralda Aciar de Varas, Doña Adela para todos
La profe Manrique explicó al respecto: “Doña Adela veía que en Jáchal no se valoraba la figura de Buenaventura, que no se conocía su obra y obviamente si no conocés, no valorás. Eso le preocupaba a esta señora que fue maestra y posteriormente directora de la Escuela 49, que hoy se llama Agustín Gómez, de Pampa del Chañar. En esa reunión plantea la necesidad de poner en valor a Buenaventura Luna, reflotar y mostrar las identidades de la tradición, y acuerdan entre todos que se instaure la fiesta el 10 de noviembre, coincidiendo con el Día de la Tradición que ya se celebraba en homenaje a José Hernández”.
Doña Adela veía que en Jáchal no se valoraba la figura de Buenaventura, que no se conocía su obra y obviamente si no conocés, no valorás Doña Adela veía que en Jáchal no se valoraba la figura de Buenaventura, que no se conocía su obra y obviamente si no conocés, no valorás
“Además, Doña Adela ya lo veía como una oportunidad de atraer el turismo a un Jáchal que no estaba atravesando sus mejores momentos. Así nace la ‘Comisión Mixta Pro-Homenaje al Día de la Tradición y al Folklorista Jachallero Buenaventura Luna’ y doña Adela fue elegida su primera presidenta”, agregó la investigadora.
Esta comisión se convirtió posteriormente en el Centro Tradicionalista Buenaventura Luna y fue responsable de la celebración de la Fiesta de la Tradición hasta finales de la década del ’80, fecha en la que pasó a manos de la Municipalidad de Jáchal.
Tanto la Fiesta de la Tradición como El Fogón de los Arrieros los parieron dos mujeres, dos maestras rurales Tanto la Fiesta de la Tradición como El Fogón de los Arrieros los parieron dos mujeres, dos maestras rurales
Nelly, la promotora del Fogón de los Arrieros
Dentro de la Fiesta Nacional de la Tradición hay un momento sublime, tal vez de los más emocionantes que se pueda vivir en este tipo de celebraciones a lo largo y ancho del país, que se llama ‘El Fogón de los Arrieros’. Siempre se realiza el sábado del segundo fin de semana y es la escenificación de un poema de Buenaventura Luna en la que el General José de San Martín convoca a todo el gauchaje, a los pueblos originarios y a los caudillos federales del Interior a aunarse en un fogón.
Esa explosión de sensaciones, patriotismo y tradición que se vive en el anfiteatro que lleva el nombre del inmortal poeta huaqueño también fue ideado por una mujer, por una maestra rural: Nelly Táñez de Peñaloza.
“Era docente en Huaco y en un momento de su vida lee en una revista este poema de Buenaventura Luna. Ahí se da cuenta del deseo, del anhelo, del sueño que tenía Buenaventura Luna y le prometió que lo iba a llevar a escena”, explicó la profesora Manrique.
Nelly leyó el poema del 'Fogón de los Arrieros' y se da cuenta del deseo, del anhelo, del sueño que tenía Buenaventura Luna y ahí le prometió que lo iba a llevar a escena Nelly leyó el poema del 'Fogón de los Arrieros' y se da cuenta del deseo, del anhelo, del sueño que tenía Buenaventura Luna y ahí le prometió que lo iba a llevar a escena
Tras conseguir el apoyo de toda la comunidad de Huaco, Nelly logró materializar su promesa en 1962 en la mismísima Cuesta de Huaco: “Fue un trabajo monumental el que realizó y todo a pulmón. Hay que imaginarse lo que era hacer semejante obra en ese lugar y ella iba y venía en su bicicleta las veces que hicieran falta para que todo saliera perfecto. Cosía los trajes, repartía los papeles que le tocaba a cada gaucho”.
“Empezó en 1962 y se hacía al mediodía. Los registros aseguran que se realizó en la cuesta hasta 1965 y se tuvo que esperar hasta 1971 para que pasase a formar parte principal de la Fiesta de la Tradición”, completó Luisa Manrique, quien dejó un sentido resumen final: “Tanto la Fiesta de la Tradición como El Fogón de los Arrieros los parieron dos mujeres, dos maestras rurales”.