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Recién en el 2010 España pidió la captura del político prófugo

Hay dos datos claves que evidencian que España protegió al exconcejal buscado por corrupción. Documentó a su hijo siendo un prófugo. Por Gustavo Martínez Puga

Por Redacción Tiempo de San Juan

Si bien Carlos Fernández Gámez, quien en San Juan se hacía llamar por Hernández, era buscado desde hacía 11 años en España por corrupción, en Argentina recién en el 2010 saltó un pedido de captura internacional de Interpol.

Sin embargo, el político era el último prófugo de un escándalo mayúsculo en la Madre Patria y fue detenido por la Agencia Regional Cuyo de la Policía Federal Argentina el viernes último en su casa ubicada en el departamento Rivadavia.

El dato deja en evidencia que las autoridades españolas protegieron al sujeto de 49 años, quien se evadió de la justicia en Marbella en el 2006, después de haber sido condenado a 2 años de prisión en abril por causas de corrupción. Ése mismo año está registrado que ingresó al país por el aeropuerto internacional de Ezeiza, cuando aún no había en su contra un pedido de captura formal.

Pero ese primer pedido de captura demoró demasiado en llegar: según pudo confirmar Tiempo de San Juan de fuentes oficiales, fue recién en el 2010 cuando a las autoridades argentinas les ingresó un primer pedido de captura.

Y cuatro años después, en el 2014, hay un segundo pedido de captura internacional para Carlos Fernández emitido por Interpol.

Así consta oficialmente en la causa que se está tramitando en el Juzgado Federal N° 2 de San Juan que dirige el juez Leopoldo Rago Gallo, a través de la Secretaría Penal N° 5 a cargo de Florencia Gutiérrez.

Esos pedidos de captura estaban acreditados por un "Código Rojo", según fuentes de la Policía Federal Argentina.

Cuando a esa fuerza de seguridad nacional les llegó el dato de que Carlos no era Hernández sino Fernández, chequearon si aún estaban vigente el pedido de captura internacional. Lo hicieron a través del Ministerio de Seguridad de la Nación y de Relaciones Exteriores.

Al confirmar el dato, montaron un operativo de inteligencia para conocer todos los movimientos de Carlos Fernández. Y así fue como en las primeras horas del viernes 15 de septiembre lo detuvieron en su casa.

SU FAMILIA IBA Y VENÍA

Otro dato que deja en evidencia el desinterés de España por capturar al último prófugo del escandaloso caso de corrupción que llegó a involucrar a famosos de la talla de Isabel Pantoja, son los viajes de sus familiares directos.

Los Fernández no son muchos como para controlarlos: son cuatro. Uno no estaba en España, Carlos. Pero su papá Manolo, su mamá Francisca y su hermano Antonio, quien es abogado y lo defiende de las múltiples causas en su contra en los tribunales de Marbella, sí estaban bajo el poder de control español.

Los tres viajaron reiteradamente hasta la lejana San Juan, en Argentina, y nadie -ni en España ni en Argentina- se dio cuenta a qué. Así lo reconoció ante Tiempo de San Juan la propia esposa del preso, Carla Coppari. Hasta confesó que su suegra trajo de españa la partida de nacimiento de Carlos para que se pudieran casar legalmente en el Registro Civil.

Ante esa realidad la pregunta que ahora todos se hacen es: ¿a nadie se le ocurrió en España que los Fernández podían viajar a la Argentina para ver a Carlos, quien estaba prófugo y se suponía que no podía entrar a su país?

En el entorno del matrimonio de Carla y Carlos son varios los que cuentan haber visto alguna vez al hermano abogado paseando por San Juan.

ANOTÓ SUS HIJOS

En ningún momento Carlos Fernández adulteró un documento público para hacer una familia formal.

Según documentación que le fue exhibida a Tiempo de San Juan, tanto su acta de casamiento como las inscripciones de sus dos hijos a su nombre fueron hecho con su verdadero apellido, Fernández, y no el que decía públicamente, Hernández.

Así consta en los libros oficiales del Registro Civil de San Juan. Uno en el tomo 231, acta 223 del año 2009 y otro en el tomo 159, del acta 2008.

Finalmente hay un dato que llamó aún más la atención: la hija mayor de Fernández tiene 8 años, es decir, la inscribió en el Registro Civil cuando aún no pesaba en su contra el primer pedido de captura internacional de Interpol. Pero el segundo hijo, el varón, tiene 2 años, es decir, cuando ya tenía dos pedidos de captura internacional en su contra y hasta un Código Rojo de Interpol.

 

 

 

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