Las negociaciones entre el equipo de Sergio Massa y el FMI están “complicadas”, señaló el columnista económico Marcelo Bonelli.
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SUSCRIBITELas negociaciones entre el equipo de Sergio Massa y el FMI están “complicadas”, señaló el columnista económico Marcelo Bonelli.
El gobierno argentino negocia el adelantamiento de un giro de 10.600 millones de dólares y, para acceder, el staff del FMI exige algunas garantías.
Entre ellas se cuentan que Massa asegure que el dinero no financiera fuga de capitales, y que no utilice para intervenir en el mercado de cambios a fin de frenar la devaluación que, de todas formas, se da mes a mes vía inflación.
Es que el Fondo Monetario internacional, a través de la economista y académica indio-estadounidense Gita Gopinath, subdirectora gerente de la entidad, opera por un salto del dólar.
Frente a esta posibilidad y ya espantado por el dólar rozando los 500 pesos, Sergio Massa lanzó un mensaje para adentro y para afuera: “Antes de devaluar, yo me voy”.
Una devaluación brusca, del orden del 30 al 50%, como exigiría el FMI, arrojaría inmediatamente a millones de argentinos a la pobreza, flagelo que ya sufren 18 millones de personas.
Devaluación es una palabra que no se quiere ni oir ni pronunciar en la Casa Rosada. La inclusión de la medida en un supuesto plan de salvataje de la economíoa que le habría presentado el renunciado asesor presidencial Antonio Aracre a Alberto Fernández provocó la última gran crisis interna en el Gobierno.
En esa oportunidad, Massa también habría dado un ultimátum: "Es él o yo".
Massa considera que ya son demasiados los esfuerzos que hacen los argentinos para sostener el plan fiscal acordado con el FMI, soportando, por ejemplo, una poda brutal en los servicios energéticos.
Esto impulsaría al alza la inflación y complicaría, aún más, las chances electorales del oficialismo, a pocos meses de los comicios.
En las últimas horas el ministro de Economía habría recibido una buena noticia en este sentido: la administración Biden habría dado el OK al envío urgente de esos fondos, que debían llegar entre junio y diciembre.
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