“Lomos, pachatas, lomos. Promos, promos”, se lee en un cartel que está ubicado en medio de los dos carriles del Conector Sur 27 de febrero, conocido también en Rawson como “vía rápida”. De calle Superiora a lateral de Circunvalación hay otra decena de carteles más que tratan de captar la atención y paladar de los cientos de autos que circulan en un minuto por el lugar. En plena pandemia, cuando la economía está casi en quiebra, este acceso se convirtió en el nuevo boom gastronómico de la comida rápida. Son 12 opciones, entre carros y casas familiares, que también ofrecen pollos y sándwich de milanesas al paso.
Los primeros tres negocios que coparon hace cuatro años el lugar son "Panchos Papi Pollo" (Cabot), "Rico Pancho" (República del Líbano) y un carro de choripanes que estaba debajo del puente y tuvo que trasladarse al lateral por orden del municipio de Capital. Luego se sumaron casas de familias y "Lomos Lorenzo", el único de todos con habilitación para recibir gente en su interior. Pero en los últimos meses, en plena crisis por la pandemia de coronavirus, se sumaron al menos cinco puestos en distintos puntos de la avenida. "Este sector creció muchísimo. Y si ha crecido es porque hay demanda. Tenemos clientes de los alrededores pero también personas que aprovechan el Conector para llevar la comida de la cena", cuenta Funes Leonardo, de "Rapi Lomos".
Este nuevo polo gastronómico ofrece todo en comidas rápidas. Se consiguen lomitos a $200, pollos más una docena de empanadas por $550, y hamburguesas para dos personas, con papafritas, a $250. También se venden choripanes, empanadas, pachatas y panchos. Muchos incluso modificaron estos "clásicos" para atraer a los clientes en medio de la cuarentena. "La situación es difícil y por eso tuvimos que agregar empanadas. Antes teníamos pachatas clásicas y ahora le ponemos desde panceta hasta queso roquefort para sumar clientes. También tenemos lomos a la pizza y otras variedades para sumar a la carta", explicó Martín Calderón.
Muchos se tuvieron que reinventar por la pandemia. Hay carros que ante las restricciones tuvieron que sumar deliverys para llevar la comida a los domicilios, y hasta reducir el personal. Por ejemplo "Lorenzo Lomos", un emprendimiento cien por cien familiar, tuvo que achicar el presupuesto ante el cierre total de su local el pasado 12 de marzo. Si bien con las nuevas disposiciones ya abrieron, es decir que están habilitados para recibir gente, comentaron que ahora los clientes "prefieren pedir por teléfono y comer en la casa". Esto sí fue un plus para los carros y nuevos emprendimientos.
"La cuarentena también fue un impulso para que mucha gente salga a ganarse la vida en esto. Hay muchas personas que están parados laboralmente y han arrancado con esto. Estar en el Conector también benefició, hay mucho tránsito y pasa mucha gente caminando o corriendo. Es un buen punto para poder trabajar y lo vean trabajar", contó Nahuel Lencinas, un trabajador minero que, en compañía de su hermano Enzo, montó hace menos de dos meses un Food Trucks llamado "Rústicos" a metros de calle Nazca.
En los puestos hay barbijos y hasta alcohol en gel, también imágenes advirtiendo sobre las medidas de prevención a tener en cuenta. Para vender apuestan a las promociones, también a la música alta y hasta luces para llamar la atención de cualquier conductor que cruza por el Conector. La buena onda siempre está. Pese a la pandemia y bajas temperaturas, abunda la buena predisposición y ganas de vender y crecer.