El amor lo convenció de venir a San Juan. El amor lo convenció de cantar en la Peatonal y retomar su pasión artística. Nicolás Panela es rosarino, fanático de Central, esposo y padre. También es un clásico buscavida.
Para continuar, suscribite a Tiempo de San Juan. Si ya sos un usuario suscripto, iniciá sesión.
SUSCRIBITEEl amor lo convenció de venir a San Juan. El amor lo convenció de cantar en la Peatonal y retomar su pasión artística. Nicolás Panela es rosarino, fanático de Central, esposo y padre. También es un clásico buscavida.
Empezó de niño. "De chiquito que siempre anduve con esto", dijo a Tiempo de San Juan. Estuvo en una banda, el Grupo Cosmos, en la que cantaba baladas, canciones de Los Linces y de Sandro.
"Después me retiré y al poco tiempo, un profesor de Rosario me habló para ver si quería integrarme en un coro polifónico. La experiencia más hermosa que me tocó en la vida. Conocí muchas provincias y países limítrofes", contó.
Estuvo en el Coro San Jorge. En eso, durante un viaje a Córdoba, conoció a su actual esposa, una sanjuanina. Luego vivieron en Rosario. El clima húmedo no beneficiaba a la mujer por lo que decidieron venir a San Juan. "Nos casamos cuando yo tenía 47 años y ahora tengo 66 años", destacó.
Entretanto, "trabajé en una metalúrgica, en la harinera Bruni y un frigorífico Paty. Tuve que dejar por la humedad. Estábamos a 40º bajo cero a veces". Ahora regresó, una vez más, a su arte. Gracias a su esposa. "Volví porque tenía la guitarra guardada en el ropero. Mi esposa me dijo que se me iba a arruinar, que empezara a tocar, que le diera de nuevo. Me orientó, que venga a la Peatonal, y acá estamos".
Contenido especial