Sesión caliente en el Senado, con dos pesos pesados como protagonistas: la vicepresidenta de la Nación Cristina Kirchner y el senador macrista por Formosa, Luis Naidenoff.
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SUSCRIBITESesión caliente en el Senado, con dos pesos pesados como protagonistas: la vicepresidenta de la Nación Cristina Kirchner y el senador macrista por Formosa, Luis Naidenoff.
El titular del bloque de la Cámara alta de la alianza opositora formuló un apartamento para "advertir sobre la gravedad de esta visita desde el punto de vista jurídico y político. El artículo 109 de la Constitución Nacional establece que en ningún caso el Presidente puede ejercer funciones judiciales, arrogarse el conocimiento de causas pendientes o reestablecer las fenecidas. Esta visita, esta idea de arremeter contra la Justicia y la Corte Suprema atenta contra el espíritu de este artículo constitucional".
Y continuó: "Total, en la Argentina no hay problemas. Total, el riesgo país no aja, la inflación y el riesgo país están controlados, se puede transitar con tranquilidad porque no falta combustible, está todo ordenadito en la Argentina para que el presidente pueda suspender su agenda y arremeter y apretar a la Justicia. No me sorprende. Desde el minuto uno, desde que asumieron, ante la impotencia de no gobernar, de no hacerse cargo de la realidad, el atajo siempre fue embestir a la Justicia. Así les va”.
Naidenoff aprovechó la oportunidad para pedir que el Jefe de Gabinete, el tucumano Luis Manzur, llegue hasta el Senado para “dar explicaciones” por el conflicto con el avión venezolano, con parte de la tripulación iraní, que estuvo de paso por la Argentina.
Cuando Naidenoff llegaba a los 4.40 minutos de mensaje, la vicepresidenta, mostrándole la mano abierta le recordó que para cuestiones de preferencia le tiempo para hablar son 5 minutos. “Five”, le recordó.
Naidenoff sumó entonces 5 minutos de una comunicación posterior, y terminó hablando, en total, 7 minutos. “Sobre tiempo, ¿vio?”, le dijo a Cristina, irónico. Y Cristina respondió: “Tan generoso como siempre, Naidenoff”.
En el medio del mensaje del radical macrista, Cristina tuvo que mandar a sentarse al jujeño Snopek, que se había levantado, en forma intempestiva, y parecía dirigirse a la banca de Naidenoff.
Ya antes Cristina había “retado” a Mayans, el senador peronista, por “confiar en la palabra de los que no tiene palabra”, refiriéndose a los legisladores que trataban de, a su criterio, enturbiar la labor parlamentaria.
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