Antes de que pusiera la mano en la Biblia para jurar por un nuevo mandato, Raúl Benítez tenía fecha de vencimiento en no más de un mes. Y así fue. La pregunta: ¿por qué asumió?. Por Sebastián Saharrea.
Sorprendió que el 6 de diciembre Raúl Benítez juntara a todo su equipo para anunciarles que seguiría en funciones. Tres días antes, Tiempo de San Juan había titulado la primicia en su edición papel Dos cambios cantados y una sorpresa, en referencia a los reemplazos ya decididos de Emilio Fernández en Gobierno y Raúl Benítez en Producción, más el alejamiento de Cristina Díaz en Educación a pedido de la interesada que luego ella misma revirtió.
Ese día, el titular de Tiempo de San Juan digital fue: Raúl Benítez, por ahora, sigue. Y en la nota más leída del día, titulada El gabinete G cambia minuto a minuto, se informó que la continuidad de Benítez tenía vigencia por poco tiempo. Pocos meses dice la nota, para prever posibles demoras. Pero ya estaba decidido en ese momento que habría un cambio en el ministerio pese al anuncio de continuidad del propio interesado.
La pregunta es por qué aún conociendo que su destino estaba escrito, el entonces ministro decidió asumir el sábado 10 de diciembre en el nuevo equipo. La primera razón, es porque él mismo tenía ganas de seguir y planificaba cómo corregir los problemas que tuvo durante la gestión. La segunda, porque el gobernador apeló a su estilo contemporizador de no despedir a nadie y demostrar con los hechos que su continuidad era inviable.
Esperaba Gioja que el ministerio recobrara el dinamismo en una actividad clave. Y que se desarticulara la bomba interna que representaban los cruces de Benítez con muchos de sus funcionarios, entre ellos con Daniel Coll. Pero eso no ocurrió. Y la consecuencia fue contundente: ni Coll, ni Benítez.
Venía buscando Gioja desde hace días a un reemplazante para Benítez, pero no terminó de definir el perfil con el que se quedará absolutamente satisfecho. Por eso decidió abrir una posibilidad para Marcelo Alós. Ya fue designado y estará un tiempo a prueba en un ministerio clave. Si no, seguirán los cambios.