sábado 11 de enero 2025

Alcanzaste el límite de 40 notas leídas

Para continuar, suscribite a Tiempo de San Juan. Si ya sos un usuario suscripto, iniciá sesión.

SUSCRIBITE
Historias del Crimen

El comisario sanjuanino que asesinó a una joven embarazada y quiso hacer creer que fue un accidente

Fue un brutal asesinato ocurrido en 1981. El femicida fue un comisario inspector de la Policía de San Juan que mató a golpes a su pareja extramatrimonial, que estaba embarazada, y la tiró en el Lateral de Circunvalación. Nunca admitió el crimen.

Por Walter Vilca

Fue a las 5 de la mañana del martes 24 de noviembre de 1981. Un penitenciario que transitaba en bicicleta fue quien vio algo extraño al borde del lateral norte de Avenida de Circunvalación, entre General Acha y Arnobio Sánchez. Carlos Valle -así se llamaba esa persona- no le quitó la vista a ese bulto de puro curioso y quedó petrificado. Aquello era el cuerpo de una mujer.

Otro hombre que a esa hora se iba a trabajar, también se detuvo y junto al guardiacárcel constataron que era una joven, que no se movía ni respiraba. Estaba muerta. No hacía falta mirar detenidamente para darse cuenta de las heridas en su cabeza y el rostro. “Un accidente”, supusieron, pero sin perder tiempo uno de ellos partió a la Comisaría 2da de Concepción, Capital, ubicada a no más de seis cuadras.

El accidente que no fue

Esa misma mañana, los policías y peritos confirmaron que la chica presentaba importantes heridas en el cráneo. Los uniformados también pensaron que la víctima había sido atropellada y abandonada por un automovilista desaprensivo. Curiosamente, el cuerpo no tenía lesiones en la zona del tórax y menos en las piernas, tampoco marcas de arrastre. Otra cosa que llamó la atención fue que no llevaba ninguna identificación.

Lugar.jpeg
El lugar. Un periodista de Diario de Cuyo recorrió el lugar donde encontraron el cadáver. Foto de Diario de Cuyo.

El lugar. Un periodista de Diario de Cuyo recorrió el lugar donde encontraron el cadáver. Foto de Diario de Cuyo.

En el lugar no encontraron huellas de frenadas, tampoco rastros de un accidente de tránsito o trozos de plásticos y vidrios rotos. Además, por la posición en que se encontraba el cadáver, daba la impresión que lo habían dejado ahí. Los interrogantes crecían y llegaron a una sola conclusión. No se trata de un siniestro vial, estaban frente a un asesinato.

Esta historia comenzó envuelta en el espanto y un gran misterio, que duró unas pocas horas. La chica muerta se llamaba Zulma Noriega, una joven mamá de 26 años que se domiciliaba en un monoblock del barrio San Martín. La reconocieron sus hermanos, dos de ellos policías, que afirmaron que al cuerpo de la joven le faltaban los anillos, el reloj y las cadenitas que solía llevar.

Un dato revelador

Los familiares declararon en la causa que Zulma había salido en la mañana del lunes 23 de noviembre y que no la vieron más. Ella trabajaba de modista y vendía flores en el puesto que poseía la familia. Tenía una hija, contaron, y el dato más revelador fue que afirmaron que la muchacha mantenía un romance de hace años con un jefe policial que estaba casado. Ese policía era el comisario inspector Cosme Orlando Tello, miembro de la fuerza provincial. Nadie aprobaba esa relación, además porque el sujeto la maltrataba, relataron.

Tello primer plano.jpeg
Detenido. La foto publicada por Diario de Cuyo muestra a un Cosme Tello joven.

Detenido. La foto publicada por Diario de Cuyo muestra a un Cosme Tello joven.

El informe del médico forense reforzó lo que muchos pensaban. La chica no fue embestida por un vehículo. La profunda herida en el cráneo, y los cortes y las otras lesiones contusas en el rostro habían sido producidas con un elemento contundente. La mataron a golpes, fue la conclusión. Y lo más estremecedor fue que la autopsia reveló que esa chica atravesaba el sexto mes de embarazo.

No encontraron mucha sangre en el lugar en el que apareció el cuerpo, eso dejó por sentado que la chica fue asesinada en otro sitio y que posteriormente arrojaron el cadáver en el Lateral Norte de avenida de Circunvalación.

Obvio que las sospechas se ceñían sobre el policía y tomaron más fuerza cuando el hermano de Zulma contó que esa noche observó al auto Ford Falcón de Tello cerca del barrio San Martín y por inmediaciones de donde hallaron el cadáver. Un viejo policía, propietario de un kiosco en Mendoza y Circunvalación, también sostuvo que esa madrugada vio pasar a Tello en el auto por esa zona.

Tello ya no estaba en actividad, hacía unos meses había tenido un accidente y tramitaba su retiro de la Policía de San Juan. La misma mañana del 24 de noviembre de 1981, un grupo de policías de la Brigada de Investigaciones y la Comisaría 2da allanaron la casa del comisario inspector en el barrio Güemes en Rawson y lo detuvieron. En el procedimiento secuestraron el Ford Falcón y en el interior detectaron lo que parecían manchas de sangre.

Encubrimiento

La investigación se manejó con mucho hermetismo puertas adentro de la Policía y la Justicia sanjuanina, y poco trascendía a través de los medios. El diario local publicó una nota que tituló: “El cadáver de una mujer joven fue hallado en la avenida de Circunvalación” y sólo en su bajada mencionaba que se “trataría de un homicidio”, sin fotos ni precisiones del hecho a lo largo de la crónica. Esto, pese a que ya se había confirmado que se trataba de un asesinato y que el principal sospechoso estaba preso.

No era casual. El país continuaba bajo control de la dictadura militar. A la represión ilegal, se le sumaba el control sobre los medios de comunicación y la protección a los miembros de la fuerza de seguridad. Algo de esto hubo en el caso de Cosme Tello. Recién el jueves se conocieron nuevos datos por averiguaciones periodísticas, como el nombre del policía y el presunto vínculo sentimental que lo unía con la víctima, pero nada oficialmente. La Policía mantuvo silencio.

auto.jpg
El auto. Los jueces observan el auto Ford Falcon del comisario inspector Tello. Foto de Diario de Cuyo.

El auto. Los jueces observan el auto Ford Falcon del comisario inspector Tello. Foto de Diario de Cuyo.

Cosme Tello se sintió impune desde el primer día. Negó en todo momento su relación con el asesinato y también esa relación extramatrimonial con la joven. En su declaración reconoció que la noche del asesinato estuvo fuera de su casa, pero dijo que fue al domicilio de su padre y ofreció testigos. Todos, allegados suyo.

Las pruebas, sin embargo, lo complicaban. Un pariente de la víctima dio cuenta de una exposición que el padre y una hermana de Zulma realizaron tiempo atrás a un jefe de la Regional Capital para denunciar la conflictiva y violenta relación de Tello con Zulma. La familia ratificó que nadie aceptaba esa relación y que desconocían del embarazo. Quedaba claro que ese niño que venía en camino podía haber sido un detonante de la agresión para terminar con la vida de la joven.

La doble vara

Tello se mostraba como un hombre de familia, pero muchos conocían de esa relación extramatrimonial. Entre las pruebas en su contra, figuraban los testimonios de aquellos que lo vieron en su auto la noche del crimen en cercanías de la Circunvalación y en la zona donde encontraron el cadáver. Dentro del coche hallaron restos de manchas rojas que resultaron compatibles con el tipo de sangre de la víctima.

Frente al tribunal.jpg
Frente al tribunal. Cosme Tello frente a la Justicia. Foto de Diario de Cuyo.

Frente al tribunal. Cosme Tello frente a la Justicia. Foto de Diario de Cuyo.

Entre las pertenencias que le faltaban a la víctima estaba un anillo que el mismo policía le había regalado y que llevaba las iniciales ZN-OT, por Zulma Noriega y Orlando Tello. Los allegados a la víctima contaron a los investigadores que los hermanos le insistían a la chica que se alejara del comisario inspector, pero ella se ilusionaba en que algún día formaría pareja con él. Por el contrario, Tello no quería separarse y a la vez trataba de complacer a la joven con sus encuentros y los obsequios para ella y su hija.

Es evidente que la Justicia fue compasiva con el jefe policial. Hubo quienes buscaron salvarlo o favorecerlo a pesar de que existían pruebas del alevoso y brutal crimen, de la acción deliberada por ocultar el asesinato, de la relación sentimental entre la víctima y el homicida, y el embarazo. Con el agravante de que el imputado era un alto funcionario policial. Así y todo, lo acusaron sólo por el delito de homicidio simple.

inspección ocular.jpg
Inspección ocular. El tribunal que juzgó al jefe policial recorrió el lugar donde hallaron el cadáver. Foto de Diario de Cuyo.

Inspección ocular. El tribunal que juzgó al jefe policial recorrió el lugar donde hallaron el cadáver. Foto de Diario de Cuyo.

En aquella época el Código Penal no contemplaba los agravantes del femicidio, del asesinato en contexto de violencia de género, o el vínculo en un concepto tan amplio como en la actualidad, que incluye entre las víctimas a las personas que mantienen o mantuvieron una relación, hayan convivido o no. Antes, si la víctima no estaba casada o no se acreditaba la convivencia no se considera el vínculo.

Un juicio polémico

En el juicio, en noviembre de 1983, se mantuvo esa tesitura. El debate se realizó en el salón del Concejo Deliberante de la Capital de San Juan. El fiscal Jorge Rojas Furque sostuvo la acusación por homicidio simple y expuso las pruebas contra el comisario inspector Cosme Tello, pero no hizo hincapié en los agravantes. Esto le hubiese permitido solicitar una pena más dura. Es más, en sus alegatos pidió la pena de 10 años de prisión, la mínima establecida por ese delito.

El policía, mientras tanto, insistió en que fue ajeno al hecho y hasta negó el vínculo sentimental con la víctima. También sembró la hipótesis que “armaron la causa” para perjudicarlo y aseguró que se violaron todas sus garantías para ejercer su derecho a la defensa. Los abogados Walter Moreno Ferrer y Mónica Sánchez, los defensores, se esforzaron por sostener la teoría de la muerte por un accidente de tránsito y remarcaron que no había pruebas contra Tello para atribuirle el homicidio.

Con sus defensores.jpeg
Con la defensa. Cosme Tello sentado junto a sus dos abogados defensores. Foto de Diario de Cuyo.

Con la defensa. Cosme Tello sentado junto a sus dos abogados defensores. Foto de Diario de Cuyo.

El debate fue polémico por el desfile de policías que intentaron proteger al comisario inspector y desviar la atención en otros puntos. Unos decían no recordar o se contradecían con las declaraciones iniciales. Por ejemplo, algunos ratificaron que observaron restos de sangre dentro del vehículo y otros lo rechazaron.

Un efectivo policial instaló la versión acerca de que algunos jefes buscaron perjudicar a Tello. Un mecánico amigo del acusado dijo que la sangre podía ser suya, en razón de que una vez, reparando el vehículo del jefe policial, se “cortó el dedo”. Se escuchó de todo, hasta llegaron a poner en duda si el auto peritado pertenecía o no a Tello.

Hubo testimonios de peritos que desnudaron graves fallas en el estudio de las muestras recolectadas o la alteración de las pruebas. Nunca se analizaron ni se compararon unos cabellos encontrados en el auto del acusado.

con el tribunal.jpg
Ante el tribunal. El jefe policial en el momento en que es interrogado por los tres jueces durante el debate oral y público. Foto de Diario de Cuyo.

Ante el tribunal. El jefe policial en el momento en que es interrogado por los tres jueces durante el debate oral y público. Foto de Diario de Cuyo.

Por el contrario, un perito bioquímico fue contundente sobre una muestra de sangre hallada en el baúl y la compatibilidad con el grupo sanguíneo de la víctima. El médico forense también expuso un informe que resultó clave, aseguró que no había dudas que la mujer murió producto de golpes en la cabeza. Si bien no determinó con certeza con qué elemento fue atacada, explicó que, por el tipo de heridas, pudo ser agredida con una pistola o una cachiporra.

Los testimonios que situaron a Tello lejos de la escena del crimen esa noche, estaban viciados. Los que aseguraron que el jefe policial estuvo en otro lugar, fueron familiares suyos, vecinos y policías conocidos de él. Eso no derribó el testimonio de Valle, que afirmó que la noche del asesinato vio al comisario en su Ford Falcón en inmediaciones del sitio donde hallaron el cadáver. Además, los hermanos de Zulma reiteraron en el debate que muchos conocían de esa relación íntima entre la joven y el comisario. También declararon las amigas.

Justicia a medias

Lo que nunca se llegó a saber durante el juicio, fue qué pasó con Zulma en las horas previas al asesinato y dónde la mataron. Fue evidente que ocultaron el arma homicida y se deshicieron de sus alhajas y las otras pertenencias que llevaba. Tello no era cualquier persona, se trataba de un jefe policial con experiencia, que tuvo tiempo y sabía cómo borrar cualquiera prueba que lo comprometiera.

Sentencia.jpg
La sentencia. Cosme Tello estuvo sentado cuando escuchó el veredicto. Foto de Diario de Cuyo.

La sentencia. Cosme Tello estuvo sentado cuando escuchó el veredicto. Foto de Diario de Cuyo.

El 24 de noviembre de 1983, justo el día del aniversario de la muerte de Zulma, el tribunal compuesto por los jueces Arturo Velert Frau, Luis García Castrillón y Alejandro Hidalgo dictó el veredicto. Es posible que no sorprendió, por todo lo que se venía exponiendo en el debate. Condenaron a Cosme Orlando Tello, de 45 años, pero a la irrisoria pena de 9 años de prisión por el delito de homicidio simple.

Muchos habían ido a esa audiencia esperando que lo absolvieran. Y si bien no lo declararon inocente, de más está decir que Tello salió beneficiado y coronó su impunidad. Porque se llevó consigo el secreto de ese brutal femicidio. Para los jueces quedó probado que él asesinó a la chica en algún lugar y luego dejó el cuerpo al costado de la Circunvalación.

Los testimonios señalan que Cosme Tello pasó algunos años preso en el penal de Chimbas, pero recuperó la libertad antes de cumplir la totalidad de su pena. De acuerdo a averiguaciones, todavía vive. Tiene más de 85 años y aunque cumplió –en parte- su castigo por el asesinato de Zulma, nada borra ese aterrador pasado.

FUENTE: Sentencia condenatoria de la Sala Primera en lo Penal, artículos periodísticos de Diario de Cuyo y hemeroteca de la Biblioteca Franklin.

Seguí leyendo

Dejá tu comentario

Las Más Leídas

La joven acusada de apuñalar a otra en un camping de Pocito recibió la prisión preventiva y rompió en llanto
Matías Olmedo en la audiencia de formalización realizada este viernes.
Leonardo Tello durante su paso por Tribunales.
El misterioso afiche con la cara de un niño que invadió varios rincones de San Juan
Lejos de volver a San Juan, Falabella cerró una importante sucursal en otro país

Te Puede Interesar