David D'Onofrio (55) y Graciela Villafañe (56) irradian buenas vibras desde Angualasto, el lugar que eligieron tras jubilarse para disfrutar la vida y hacer vivir lindas experiencias a los visitantes. Esta simpática pareja está al frente del único 'hotelito' -así le gusta definirlo- que se encuentra en este rincón de Iglesia, donde se puede degustar una exquisita cocina casera y también pasar la noche si el cuerpo pide descansar.
El proyecto lo iniciaron por el 2012 cuando ambos aún estaban en actividad, pero cinco años más tarde tras certificar una prematura jubilación -"aprovechamos la ley de los docentes de área de frontera"- se instalaron en su nuevo diseño de vida.
"Vimos que era necesario que Angualasto tuviera un servicio aunque sea mínimo para las personas que pasaban por el lugar y por eso primero empezamos con la confitería. Pusimos servicio de café, para que el turista o el trabajo que pasaba tuviera algo caliente para tomar y también empezamos a preparar comidas diarias para quién así lo necesitara. Fuimos creciendo de a poco, en función de nuestra situación económica", comentó David, quien durante sus últimos días años en la actividad docente estuvo como director suplente de una escuela de Colangüil, mientras su esposa lo hizo como docente primaria en Jáchal.
Su vida diaria, según su propia descripción, es muy tranquila, siempre estando atentos a asistir o aconsejar al visitante. A Graciela le gusta mucho la cocina y buena parte de su tiempo lo dedica a ir creando platos caseros que terminarán disfrutando los turistas. Mientras que a David le encanta jugar al fútbol y también guiar con toda la generosidad del mundo a los que quieren dejarse sorprender por las bellezas que hay en Angualasto.
"Acá hay muy lindos paisajes y también muchas historias que sorprenden a la gente. Se puede visitar el Mirador del Monumento al Indio, el Museo Indígena -como le decimos nosotros-, la zona del puente nuevo que da paso a Buena Esperanza y también lugares cercanos y muy bonitos como Colangüil, El Carrizal, El Chinguillo y Malimán. Además, acá tenemos un clima muy bueno durante todo el año, aunque se disfruta mucho más en verano", explicó D'Onofrio, quien es un libro abierto a la hora de repasar distintas historias de su hogar y del resto de Iglesia.
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Graciela y David están más que contentos con su elección y hasta ya proyectan que su hijo Renzo continúe cuando él así lo desee con el legado.
"Siempre lo hablamos con él de que sería muy lindo que continúe con todo esto, brindando la atención necesaria a los que visitan Angualasto. Él está en pareja con Adriana Rodríguez y tienen a nuestro querido nietito Genaro Giuliano D'Onofrio. Ellos nos ayudan mucho cuando pueden y nos encanta que también disfruten de este lugar como nosotros", completó David, secundando cariñosamente por Graciela.