En San Juan, conseguir un techo no es solo una cuestión de voluntad: es una carrera económica cuesta arriba. Los inquilinos atraviesan una crisis sin precedentes, donde ya no solo cuesta pagar mes a mes, sino que el ingreso inicial para alquilar una vivienda se volvió un lujo inalcanzable para muchos.
Endeudarse para acceder a una vivienda ya es moneda corriente entre los inquilinos sanjuaninos, según asegura en la entidad que los nuclea. Con ingresos que no alcanzan, aumentos constantes y requisitos cada vez más costosos, miles de familias se ven obligadas a pedir préstamos para simplemente entrar a alquilar.
“Los sanjuaninos hoy piden un préstamo para entrar a alquilar”, resumió este viernes Víctor Bazán, presidente de la Asociación de Inquilinos de San Juan. El referente detalló que los requisitos para ingresar a una propiedad se han encarecido tanto que una casa tipo, con tres habitaciones, cocina, comedor y patio, exige un alquiler que supera los 700.000 pesos mensuales.
Cuánta plata hay que tener
De acuerdo a eso, ingresar al techo alquilado exige desembolsar más de 2 millones de pesos: eso incluye el Depósito de garantía que equivale a un mes de alquiler y se devuelve al finalizar el contrato si no hay daños en la propiedad o deudas pendientes y también el pago del primer mes de alquiler que se abona por adelantado al momento de la firma del contrato. Los inquilinos además deben pagar comisiones inmobiliarias que rondan el 33%, más impuestos como Rentas y tasas municipales, además de servicios básicos, como luz y agua, que también aumentan sin freno.
Bazán explicó además que cada vez más inquilinos buscan cómo rescindir contratos para ir en busca de lugares para pagar menos. “Los aumentos son muy por encima de la inflación y con mayor periodicidad, bimestrales, trimestrales, cuatrimestrales”, lamentó.
En el último índice del INDEC que se dio en estos últimos días, el aumento en toda la región fue del 5,6%, mientras el mes anterior fue del 7%, en lo que va el año es de casi un 40% de aumento-. “Los salarios no han acompañado ese índice inflacionario”, indicó Bazán.
Un mercado desequilibrado
Paradójicamente, el mercado muestra un crecimiento en la oferta de viviendas, pero no hay alivio para los precios. “Hay mucha oferta, pero no se ajustan los ingresos. Los propietarios siguen tasando en dólares. Aunque las casas estén vacías, no bajan el precio. Porque saben que, con la suba del dólar, su propiedad gana valor igual”, explica Bazán.
“Es muy difícil hoy vivir debajo de un techo alquilado”, dijo el referente que analizó que a los propietarios no les conviene bajar el precio del alquiler porque lo que es mucho para el inquilino “tal vez es poco para el que pone una vivienda en alquiler y busca rentabilidad, y está bien. Lo que pasa que los salarios no acompañan”, analizó.
La visión de la Asociación de Inquilinos contrasta con la del Colegio de Corredores Inmobiliarios, que asegura que el piso de precios de alquileres se mantiene en los ultimos meses.
La demanda de soluciones habitacionales no para de crecer. En el último sorteo del IPV, se inscribieron 42.000 personas para apenas 290 viviendas. Una cifra que evidencia el nivel crítico de la situación.
El drama de jubilados y estudiantes
También preocupa profundamente en la Asociación lo que está ocurriendo con sectores especialmente vulnerables como los adultos mayores y los estudiantes.
“Lo que más nos duele es ver a los abuelos, cuyos ingresos ya no alcanzan para sostener un alquiler. Hoy, un monoambiente para una persona mayor puede costar entre 200.000 y 250.000 pesos como mínimo. A eso hay que sumarle los gastos de servicios, comida y medicamentos, que son cada vez más frecuentes con la edad. Es tremendo”, advirtió Bazán.
En paralelo, los jóvenes que vienen del interior de la provincia a estudiar en San Juan enfrentan una realidad igual de dura. “Muchos estudiantes, especialmente los que vienen de departamentos alejados como Jáchal, han tenido que abandonar sus carreras porque no pueden pagar un alquiler cerca de la universidad. Se ven obligados a volver a la casa de sus padres o trabajar solo para sobrevivir, dejando de lado su sueño profesional. Eso es gravísimo”, agregó.