Luego de un 2022 que empezó con una inflación que corría al 50,7% interanual y 3,8% intermensual, transcurrimos el año con una aceleración que condujo al índice de precios al consumidor (IPC) a concluir el año con una inflación interanual del 94,8% y datos intermensuales que, en promedio, superaron el 6% durante la segunda mitad del año.
Los primeros datos del año no son para nada auspiciosos, con enero corriendo por encima del 6% y datos de alta frecuencia que predicen un porcentaje similar para el mes de febrero, que se publicará durante esta semana.
El Relevamiento de Expectativas de Mercado, una encuesta que se realiza a un grupo de consultoras económicas del país, y en la cual se les pregunta acerca de sus proyecciones sobre diversas variables macroeconómicas para los próximos años, considera que los datos de inflación para los próximos meses correrán por encima del 6% mensual en febrero y marzo, también pronosticando para los próximos 12 meses un aumento de precios en torno al 103,5%. Esta última proyección se ubica 5 puntos porcentuales por encima de la estimación realizada en enero, algo que da cuenta de que las expectativas en relación a esta variable se han degradado en los últimos meses. A continuación, algunas de las proyecciones del REM para los próximos 12 meses:
Observamos que, según quienes estiman lo que sucederá en el próximo año, la inflación será superior al ritmo de la devaluación oficial y similar a la tasa que devengará un plazo fijo mayorista.
Entonces, ¿qué podemos hacer como inversores para protegernos de la inflación?
Bonos y letras CER
En el mercado de capitales contamos con alternativas que nos cubren directamente del riesgo inflacionario, que son los bonos y letras que ajustan por el coeficiente CER. Este coeficiente de actualización se renueva diariamente siguiendo el último dato mensual del índice de precios al consumidor y, los títulos de mercado que se ajustan por este coeficiente, actualizan su capital (sobre el que se calculan los pagos de intereses y la amortización a vencimiento) siguiendo este coeficiente.
Estos instrumentos cotizan todos los días hábiles en el mercado de valores y, en general, pueden venderse de inmediato en caso de necesitar el dinero nuevamente. Además, dependiendo del precio al que lo compramos, pueden otorgar un rendimiento adicional por encima de la inflación,
si se los mantiene en cartera a su vencimiento. En la situación de mercado actual, un bono que ajusta por inflación y que vence a fines de junio brinda una rentabilidad “real” de 4,33% (es decir, me pagará lo que haya sido la inflación hasta su vencimiento más un “premio” de 4,33%).
Estos bonos suelen operar con bastante volatilidad en sus precios (movimientos diarios al alza o a la baja), por lo que solo se recomiendan para inversores moderados o agresivos, que puedan tolerar este tipo de situaciones.
Fondos comunes de inversión CER
Otra alternativa es el acceder a instrumentos de mercado (bonos y letras) que ajustan por inflación vía Fondos Comunes de Inversión (FCIs), que son carteras administrados por gestores de fondos profesionales y de las cuales los inversores pueden comprar una parte, obteniendo la rentabilidad que obtenga la cartera en su conjunto.
En general, se puede invertir en estos fondos a partir de 1.000 pesos, y vale mencionar que estos FCIs permiten recuperar la inversión en 48 hs.
En resumen, estas dos alternativas pueden ser atractivas incluso por encima del plazo fijo, dado que nos aseguran cobertura ante un escenario en el que la inflación continúe acelerando aún por encima de los niveles que se proyectan para este año.
¿Qué necesito para realizar estas inversiones?
Cómo toda inversión en el mercado de capitales, es necesario contar con una cuenta comitente en un agente autorizado.
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