Combatir el incendio de grandes dimensiones que arrasó con más de 6.500 hectáreas en las sierras de Valle Fértil fue una tarea de largas jornadas, donde intervinieron alrededor de 200 personas, número que fue fluctuando con el transcurso de los días y en base a las emergencias que surgían. Si bien la atención estaba sobre los trabajos en los focos activos, en el campamento base no pararon un minuto. Allí la cooperación, coordinación y solidaridad estaban a la orden del día para que cada hora fuera exitosa.
Las actividades comenzaban cuando aún reinaba la oscuridad. Entre las 6 y 7 de la mañana mantenía la primera reunión con representantes de cada institución que participó durante alrededor de una semana en el operativo para sofocar el incendio que comenzó en las sierras entre la noche del domingo 11 y la madrugada del lunes 12 de septiembre. Dentro de la sala dispuesta como Centro de Operaciones realizaban un balance de la situación para coordinar las primeras acciones del día.
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Fotografía: Mariano Martín
Afuera, brigadistas comenzaban a equiparse para salir al campo. Trajes, agua, frutas y herramientas, lo indispensable para luchar contra el fuego en un mano a mano. Culminada la reunión aparecían las primeras directivas y la mayoría de los bomberos dejaban el campamento, pero pese a creer que la actividad bajaba, sucedía todo lo contrario.
Son alrededor de las 9 de la mañana del sábado 17 de septiembre y hay mucha actividad en el campamento base que instalaron en la escuela Franklin Rawson, en Los Bretes, por lo que se puede observar. El sol está intenso y hay una leve brisa que rodea el ambiente. “Ojalá el viento nos ayude”, se logra escuchar a lo lejos. Personas van y vienen de un lado a otro, pero la actividad más intensa se concentra en la cocina de la escuela.
Vecinos y vecinas, junto a personal de la Municipalidad de Valle Fértil, fueron los encargados de preparar cada almuerzo y cena que se compartió en el campamento. “De la municipalidad seremos unas 10 personas que estamos acá desde el principio, y al mediodía llega gente de las cercanías para darnos una mano y preparar el almuerzo”, señaló una de las trabajadoras del municipio. Ese sábado se preparó una comida para casi 100 personas.
La solidaridad se percibe en el aire. En el campamento no solo preparaban alimentos, sino que los presentes estaban atentos a cualquier requerimiento de los bomberos voluntarios, el personal de salud que había instalado un puesto en la entrada de la escuela, autoridades y demás personas que eventualmente llegaban a la escuela.
Durante el almuerzo, la mayoría de los brigadistas concentraban en el campamento, y paralelamente una guardia activa quedaba en las sierras, con el desafío de controlar las llamas. Antes de comer, bendijeron la mesa y luego disfrutaron de las preparaciones. Tras el almuerzo, nuevamente había que ponerse manos a la obra. Mientras en algunas de las carpas instaladas alrededor de la escuela había bomberos descansado, otros se preparaban para salir y continuar con las tareas contra el fuego.
Sin muchos sobresaltos transcurrió la tarde del sábado. La acción estaba en las sierras. En el campamento por un lado se tomaban directivas, por el otro algunas manos comenzaban a preparar la cena. Al ir avanzando las horas, los bomberos que habían quedado en las sierras bajaron a comer y otros los reemplazaron. El comisario Carlos Heredia, jefe de Bomberos de la Policía de San Juan seguía todos los movimientos desde el Centro de Operaciones, acompañado de los jefes de Entre Ríos y el titular de Protección Civil, Francisco Suracci, entre otras autoridades provinciales y departamentales.
“Ahora estamos preparando una cena para 30 personas más o menos. El resto come en la escuela albergue cuando regresen”, señaló una de las trabajadoras del municipio mientras picaba cebolla. Fuera de la cocina, los brigadistas de Mendoza comenzaban a cargar sus equipos al colectivo que los trasladaba, debido a que a primera hora del domingo emprendían viaje.
“Nos queda poco menos de hora más arriba y luego bajan todos, quedando una guardia de cenizas en el campamento, mientras el resto va a cenar y a descansar”, señaló Heredia tras una nueva reunión. “La idea es arrancar mañana a primera hora, con la esperanza de poder sofocar todos los focos activos”, finalizó.