En términos populares, podría decirse que el jueves pasado se destapó la olla en la Municipalidad de la Ciudad de San Juan. Mientras el intendente Franco Aranda, mantenía una reunión cordial en su despacho con su ex rival interno y ahora sucesor, Emilio Baistrocchi, a escasos metros estallaba el Concejo Deliberante. El episodio le puso punto final a meses de disimulo: la relación del jefe comunal y su mano derecha política, Juan Pablo Dara, terminó de romperse y fue a la vista de todos.
La sesión incluyó en su temario la aprobación de un convenio firmado por Aranda con la Cámara de Empresas de Control y Administración de Infracciones de Tránsito de la República Argentina (CECAITRA), para implementar el sistema de fotomultas en las calles capitalinas. Pero el asunto generó objeciones de parte de la oposición, por varios motivos.
El primero fue que el municipio estaría avanzando en un ámbito que actualmente no le corresponde. Argumentaron que pasar un semáforo en rojo es sancionado con una multa de los Juzgados de Faltas de la Provincia y pretender involucrar a la comuna en esos controles significaría extralimitarse. Los ediles consideraron que faltaba documentación y estudio técnico para poder resolver con elementos suficientes.
El segundo motivo de los reparos fue que la gestión de Aranda está contando sus últimos días y aprobar un convenio de esa naturaleza, que involucra una contratación y por lo tanto una erogación de fondos públicos, debería ser decisión de la administración que comenzará el próximo 10 de diciembre.
Aunque el más enérgico objetor fue el actuarista Juan Sansó, quien directamente impulsaba el rechazo del convenio, el mayor ruido fue generado por el comportamiento del presidente del Concejo Deliberante, Dara. El funcionario justicialista, elegido por Aranda para secundarlo en los cuatro años de mandato, terminó operando para que el proyecto volviera a comisión.
El concejal consideró que esta fue una maniobra parlamentaria inteligente, porque evitó que el asunto fuera rechazado, quedando en stand by y permitiéndole a Baistrocchi decidir más adelante. Desde el Ejecutivo Municipal el diagnóstico fue bastante diferente y en el entorno de Aranda interpretaron que Dara primero estuvo dispuesto a votar en contra junto con la oposición. Y que solo una intervención externa logró encontrar la solución salomónica de guardar otros 60 días el convenio.
La explosión en el Concejo Deliberante fue posiblemente la anécdota. El fondo resultó ser la visibilidad del quiebre que hacía tiempo venían tapando tanto Aranda como Dara. En el entorno del intendente saliente interpretan que el edil le dio la espalda. Lo acusan de desleal. Todavía con alguna herida sin cerrar por la interna justicialista liquidada el 31 de marzo, infieren que el joven abogado se acercó a Baistrocchi hasta el punto de la sobreactuación.
Desde el arandismo sostienen, no obstante, que la devolución del convenio por las fotomultas a comisión era el acuerdo al que habían arribado ese mismo jueves con Baistrocchi. Por eso sorprendió la intensidad del debate legislativo y que incluso el proyecto corriera riesgo de ir a votación y terminara bochado con colaboración oficialista.
Más allá del choque, aseguran en la Intendencia que no promoverán un desplazamiento de Dara del cargo que ocupa, porque sería generar todavía más daños colaterales. Hay tropa de uno y de otro lado, que necesita contención en la nueva gestión municipal e incluso en la estructura provincial. Son conscientes de que, cuanto mayor sea el escándalo, menores serán las chances de negociación por delante.
Dara acusó recibo del enfriamiento de la relación. El presidente del Concejo Deliberante sintió en carne propia el distanciamiento con Aranda y lo atribuyó a un entorno que se encargó de construirle la imagen de conspirador. Este sentimiento seguramente contribuyó a que el concejal adhiera al malestar opositor expresado el jueves en plena sesión, frente a la secretaria legislativa, Alejandra Cáneva. La primera dama no solamente fue testigo de la refriega verbal sino que también intervino y se convirtió en nexo con el Ejecutivo en tiempo real.
Desde el sector de Dara, aseguran que los concejales están cansados “de ser los trapos de piso del municipio”, porque siguen llegando proyectos repentinamente sin la debida información previa y terminan siendo partícipes forzosos de malas noticias. Al menos, así lo tradujeron en estricto off the record.
Un día después de la sesión polémica, Dara continuaba justificando su accionar. Dijo que no podía negar la posibilidad del debate y la discusión, porque esa es la razón de existir del Poder Legislativo. Sin números para la aprobación y con serias posibilidades de rechazo, su moción intermedia, de remitir nuevamente el convenio de fotomultas a comisión, terminó redituándole al intendente Aranda. Llamativamente, en el Ejecutivo terminaron conformes con la decisión adoptada, pero siguieron mirando con desconfianza al presidente porque lo vieron con nitidez más cerca de la oposición que del propio oficialismo.
Serán largas e intensas semanas las que tendrá por delante el Concejo Deliberante de Aranda con Dara a la cabeza. Se prevé la discusión de la tasa que pretende cobrarle el municipio a la empresa de casinos y juegos de azar IVISA, que también plantea un punto de controversia con la provincia. También está pendiente la compensación de una deuda de tasas municipales que tiene una empresa de televisión por cable. Son tan solo dos ejemplos de decisiones importantes que deberá tomar esta gestión, mientras la transición ya comenzó.
Este no es un dato menor tampoco. A partir del encuentro entre Aranda y Baistrocchi, el ministro de Gobierno empezó a desembarcar en la administración y a mirar detenidamente lo que tendrá que recibir el 10 de diciembre. Entre ambos acordaron vincular a sus equipos para satisfacer la necesidad de información de la nueva conducción.
Baistrocchi intentará tallar en el diseño de la ordenanza presupuestaria 2020 que debería aprobar este Concejo Deliberante, pero también le consultó a Aranda cómo dejará prevista la logística y el financiamiento para las colonias de verano de enero. Fueron apenas dos temas que conversaron durante las dos horas que estuvieron reunidos a solas.
Se sabe que Baistrocchi llegará acompañado de Ariel Palma, quien será su presidente del Concejo Deliberante, y Roberto Correa Esbry, como secretario legislativo, pero también Horacio Lucero como secretario de Gobierno, Sebastián Pacheco en Hacienda y Javier Rodríguez en Servicios Públicos. El equipo ya entró en acción, mientras Aranda bajó la orden entre los suyos de abrir todos los números sin restricciones.
El intendente saliente espera en los próximos días tener alguna certeza sobre su futuro y el de sus colaboradores. El gobernador Sergio Uñac le anticipó que contará con él, pero todavía no hubo una definición. No podrá demorar demasiado. Al menos, eso es lo que esperan en la planta alta de Caseros y Central.