Con un par de valijas y un montón de sueños a cuestas, la familia Chica dejaba la pequeña ciudad de Granada, ubicada al sur de España, para probar suerte en un destino incierto como San Juan. El más chiquito de los integrantes era Juan José Chica, quien con apenas un año y medio de vida se sumergía en una aventura familiar junto a su padre y dos tíos. Así es como nace un poco la historia de un niño español que, años después, se transformó en uno de los sindicalistas y dirigentes deportivos más importantes de la provincia y del país.
Aunque sus raíces son andaluzas, su corazón es sanjuanino. Aquí pudo forjar su propia historia y dejar huellas en cada desafío que se le cruzó en el camino. Aunque, en una entrevista que concedió a Paren las Rotativas, ya retirado de la actividad sindical, Juan José contó que todo lo que desarrolló de joven y de grande fue gracias a cómo llegó en 1952 a Argentina.
“Era tiempo del peronismo. Era diciembre cuando llegamos a San Juan. Vinimos a esta provincia porque aquí vivía una prima hermana de mi padre. Lo primero que hicimos fue empezar a trabajar en la tierra. Fuimos agricultores, primero contratistas y después empezamos a plantar parrales en siete hectáreas. El campo era ingrato, un año bien y siete mal. Todo fue muy sacrificado”, contó de antemano.
Juan José Chica - primera parte
Mientras ayudaba a su padre con la ardua tarea del campo, Juan José Chica estudiaba. Terminó la primera en una escuela chimbera y luego finalizó los estudios secundarios en la Escuela Industrial. Con 19 años, se abrió una vacante en Agua y Energía y se postuló. Lo llamaron, rindió bien y dio inicio a su etapa laboral y sindical: “Estuve en Punta Negra y en la central de Sarmiento. Ahí surgió la idea de empezar a militar, yo veía que costaba llegar a fin de mes, mis padres trabajaban en la chacra y no alcanzaba. Fui el creador de la juventud en Luz y Fuerza, éramos 30 chicos… era una linda actividad, integrada por mujeres y hombres”.
Me metí en la actividad gremial porque había un montón de herramientas sociales que no se aprovechaban. Me metí en la actividad gremial porque había un montón de herramientas sociales que no se aprovechaban.
Fue secretario de Prensa y de Asuntos Estadísticos también, hasta llegar a la presidencia de Luz y Fuerza, función que dejó hace un par de meses luego de 35 años. En más de tres décadas, contó que hubo dos momentos bisagras: uno de ellos, la última dictadura militar (1976-1983). “Estaba prohibida la actividad militar. Había miedo, ellos nos hacían sentir el miedo, pero nos reuníamos igual por la convicción. Recuerdo un día, que nos reunimos, cayó un militar y puso una ametralladora en el escritorio Estuve preso dos veces en la Central de Policía”, señaló el gremialista.
Otro momento que lo marcó como sindicalista fue la privatización de Servicios Eléctricos Sanjuaninos (SES), en el año 1996: “Fue difícil, nos achicaron a todos. Había 700 trabajadores y quedaron 13. Era la red eléctrica más grande y no había derechos. Nosotros sacamos un comunicado, donde pedíamos la participación del usuario, los trabajadores, el Estado y los privados… estaba Cavallo y arrasó con todo”.
Una cuenta pendiente
Juan José Chica fue diputado nacional y también provincial, además de ocupar el cargo de subsecretario de Deportes, donde hoy está su hijo Jorge Chica. Sin embargo, confesó que le hubiese gustado comandar los destinos del departamento Capital: “Yo quería ser intendente. Fui a España y a Suiza, el centro del derecho de los trabajadores, y quería trasladar esas ideas a San Juan. Pero cuando estuve cerca, pusieron a Daniel Coll y yo me quedé con la banca de Diputado”.
El ciclismo y San Martín, sus dos pasiones
En medio de su fuerte rol en la actividad gremial, Juan José pudo también hacer de las suyas en el ámbito deportivo. Aunque de joven tuvo paso como futbolista de Sportivo Desamparados, luego fue entrenador y presidente del Club Atlético San Martín. Allí dirigió primero la sexta división, invitado por un empresario amigo, y luego, con Mallea e Hilario Sánchez, llegó a la silla grande de la institución.
Como máximo dirigente del club de Concepción fue parte del glorioso ascenso al Nacional B, en 1995. El Verdinegro logró subir a la segunda categoría del fútbol argentino tras ganarle a Cipolletti de Río Negro, en un torneo que disputaron 140 clubes. “Cuando llegamos al club, estaba en quiebra, fundido. Tenía más de 30 juicios y un remate. Lo que hicimos fue trabajar con los jóvenes para ahcer crecer la actividad. Se hicieron muchas obras y lo salvamos. Lo que hice por San Martín no lo hice por mí”, expresó.
Por el ciclismo hizo casi o más. Presidente de la Federación Ciclista Sanjuanina, dirigió el calendario local por décadas. Actualmente celebra el presente soñado que atraviesa el deporte en San Juan, con su Vuelta a San Juan Internacional y a días de la inauguración del velódromo cubierto Vicente Chancay. “Son mis dos pasiones. No podría elegir a una. Cada una tiene lo suyo”, enfatizó.
Juan José Chica - segunda parte