sábado 16 de marzo 2024

Alcanzaste el límite de 40 notas leídas

Para continuar, suscribite a Tiempo de San Juan. Si ya sos un usuario suscripto, iniciá sesión.

SUSCRIBITE
Historias del Crimen

Un matrimonio que duró siete meses y un brutal femicidio en una calle de 25 de Mayo

Se separaron a los siete meses de casarse por lo agresivo que era el hombre. Una noche de 1965, él persiguió a su exmujer que iba con su bebé en brazos y la atacó salvajemente en la calle, frente a su exsuegra.

Por Walter Vilca

Si alguna vez hubo amor, se fue tan pronto como Dionicio mostró su lado más violento. A los siete meses de casados, atacó a tiros a su mujer embarazada. Desde ese momento se separaron, pero, en vez de traer alivio, empezó otra aterradora pesadilla para esa chica. Con amenazas y persecuciones, que culminaron en un brutal femicidio en una calle de 25 de mayo.

Hay una larga lista de asesinatos de mujeres en San Juan. En esta ocasión Historias del Crimen nos sitúa en 1965, con otro femicidio que sacudió a la provincia por lo bárbaro del crimen y la juventud de la víctima y del victimario.

Es que Paula María Ávila tenía 20 años y era mamá de un niño de pocos meses cuando fue asesinada a cuchillazos por Dionicio José Torres, de 19 años. Ambos estaban separados legalmente -en ese entonces no regía el divorcio en Argentina- por los maltratos que sufrió la joven por parte del jornalero apenas contrajeron matrimonio.

No se encontraron muchos registros del caso, más que la documentación judicial y viejos artículos periodísticos que señalan que la joven pareja se casó en enero de 1964. Tal parece, Paula no sabía que el jornalero era un machista y violento que le haría la vida imposible. Según el artículo de un diario local, aproximadamente a los siete meses de convivencia, Dionicio la agredió de una manera demencial: le disparó con una escopeta tras una escena de celos.

cuerpo.jpg
La escena del crimen. Un policía y un testigo junto al cadáver, cubierto con una sábana. Foto del diario Tribuna.

La escena del crimen. Un policía y un testigo junto al cadáver, cubierto con una sábana. Foto del diario Tribuna.

Aquella vez, Paula se salvó. Ya estaba embarazada. Dionicio trató de justificarse y aseguró que fue un accidente, que se le escapó el tiro mientras manipulaba el arma arriba de su bicicleta. Por lo visto no estuvo mucho tiempo preso.

Para entonces la relación en el matrimonio estaba rota. La joven no quiso regresar a vivir con él y decidió iniciar el trámite de separación. Dionicio, por su lado, no aceptó la decisión de su joven esposa, empezó a acosarla y amenazarla. Y esto se convirtió en una obsesión a partir del nacimiento de su hijo.

Paula se refugió en la casa de su familia en inmediaciones de la calle 1, cerca de Divisoria, en el límite de 25 de Mayo y Caucete, pero Dionicio no la dejaba tranquila. Más se desquició ante la negativa de la joven a que viera al niño.

Todo hace suponer que la perseguía y la vigilaba. Pese al evidente peligro que corría la chica, la Justicia, la Policía ni los propios familiares tomaron recaudos para protegerla. O quizás ella no denunció la situación que estaba viviendo pensando que algún día el jornalero la dejaría en paz.

Detenido.jpg
Traslado. El momento en que un policía traslada esposado al femicida. Foto de diario Tribuna.

Traslado. El momento en que un policía traslada esposado al femicida. Foto de diario Tribuna.

Él la acechó hasta que la noche del 7 de enero de 1965 la siguió entre la oscuridad y le cortó el paso en la calle 1, frente a la finca Benavidez. Las versiones indican que fue a las 21.30 de un día jueves. Paula caminaba con su bebé en brazos, junto a su madre Mauricia Videla de Ávila. Aparentemente andaba acompañada por su mamá, justamente, por el terror que le tenía a Dionicio.

Esa noche no hubo disparos, tampoco falló en su ataque. Es probable que se dijeron algo, que discutieron o que ella le suplicó que no la lastimara. Pero Dionicio no tuvo contemplación con ella, ni siquiera por el hijo de ambos que cargaba en sus brazos. Menos le importó su exsuegra, que fue la testigo presencial de la estremecedora escena.

Con un cuchillo en una de sus manos, Dionicio arremetió con furia contra Paula. Mauricia Videla relató –luego a los policías- que su hija alcanzó a pasarle el niño en el preciso instante en que el jornalero comenzó a propinarle los puntazos, según consta en un documento judicial. La mujer mayor gritó e intentó defender a su hija, pero nada frenó al irascible joven que le dio una decena de cuchillazos a la chica en la zona del tórax y el abdomen.

Dionicio Torres se alejó caminando tras el ataque, llevando consigo el cuchillo ensangrentado. Paula cayó sobre la calle de ripio. Su agonía fue corta. Uno de los puntazos le ingresó a la altura del corazón, lo que le produjo la muerte en cuestión de minutos.

victima.jpg
La víctima. Esta era Paula, la joven mamá asesinada con su hijo en brazos y en presencia de su madre. Foto de diario Tribuna.

La víctima. Esta era Paula, la joven mamá asesinada con su hijo en brazos y en presencia de su madre. Foto de diario Tribuna.

Los mismos familiares de Paula Ávila buscaron a la Policía. Lo único que pudieron hacer los uniformados y el equipo médico que llegaron al lugar más tarde, fue constatar la muerte de la joven de 20 años.

No había mucho que investigar. La madre de Paula relató todo lo acontecido y dio los datos del homicida, su exyerno. Esa misma noche, los policías salieron a rastrear a Dionicio José Torres.

El jornalero estaba entregado y vencido. Siempre supo lo que hacía, de modo que a las horas de cometido el asesinato se presentó voluntariamente en la comisaría de Villa Santa Rosa y confesó el crimen a los uniformados.

Después lo pensó bien y cambió su versión a la hora de declarar frente al juez. Argumentó que no recordaba nada de lo sucedido la noche del jueves 7 de enero de 1965. Durante la indagatoria se mostró como víctima y afirmó que era humillado por su exesposa y por su exsuegra, que lo sometían a constantes “insultos” y “burlas”, según su declaración en el expediente.

asesino.jpg
El femicida. Dionicio Torres fue condenado a prisión perpetua. Foto de Diario de Cuyo.

El femicida. Dionicio Torres fue condenado a prisión perpetua. Foto de Diario de Cuyo.

Su abogado sostuvo lo mismo para desplegar su estrategia defensiva, pero además señaló que el jornalero padeció un “raptus emocional” y una “eclosión incontrolable” que desembocó en una agresión jamás pensada. Habló de amnesia temporal. En otras palabras, intentó justificar a Dionicio Torres y planteó que fue un homicidio en estado de emoción violenta.

Dionicio José Torres fue juzgado por el delito homicidio agravado por el vínculo. Esto último porque, si bien estaban separados, consideraron que todavía seguían casados legalmente. El único agravante fue el vínculo, en ese entonces no existía la figura penal del femicidio, y no se puso en discusión si hubo, o no, la alevosía.

El juez que intervino en el caso aseguró que de ninguna manera cabía encuadrar el asesinato como cometido en estado de emoción violenta. Los antecedentes violentos de Torres y la manera en que atacó a la víctima daban a entender a las claras que actuó intencionalmente y con un desprecio total por la vida de la madre de su hijo. Fue así que el 23 de diciembre de 1965 lo condenó a la pena de prisión perpetua.

Tiempo de San Juan

Suplementos

Contenido especial

Seguí leyendo

Dejá tu comentario

Las Más Leídas

Comenzaron a llegar las boletas de la luz sin subsidio nacional y con aumento.
Los ladrillos. Una foto que empezó a circular por las redes muestra la droga que se secuestró en 25 de Mayo.
El motociclista que atropelló y le quitó la vida a un ciclista en Rawson es policía
Así quedó el auto tras el vuelco en el Villicum.
Cacheteó a su esposo en la puerta de la escuela de su hija y como castigo, deberá trabajar gratis en un municipio

Te Puede Interesar